Si hay algo que deba llegarte, hallará el camino hacia ti.
Tranquilízate. Respira, relaja tu pecho, expande tus pulmones, inhala profundo, abriéndote a las posibilidades de lo nuevo que se acerca.
No es necesario que lo provoques, que lo implores, que lo mendigues, que lo persigas como el perro al gato, o la liebre a la zanahoria. Ya es tuyo, es para ti.
Inspira, sonríe, agradece, disfruta, aguarda en el silencio de lo que ya es cierto. Una certeza sin tiempo ni fecha en el calendario, aunque no por es menos cierta que hoy, ahora, estás vivo y respiras.
Anda tranquilo, disfruta el paisaje, agradece cada paso que das, cada tropiezo, caída y remontada, sigue, sigue el camino, ese es el verdadero regalo: el camino en sí.
Sumérgete en el viaje hacia este instante. Recuerda que eres eterno. Nada permanece, todo viene y va, avanza y desaparece cuando es necesario el cambio.
Es un viaje solitario, en la soledad del que sabe que encontrará la máxima compañía, cada vez que se ponga las manos en el pecho y se quede un instante consigo.
Tú eres tu mejor y más sabia compañía.
Y aparece el miedo, ese miedo a no saber, a no poder, al abandono, a la pérdida, a la misma vida.
Sigue avanzando, ya se hizo el reparto de gozo y gracia, ya lo sabe la vida, ya está de camino y va a llamar a tu puerta, en cualquier momento, cuando menos lo esperes.
Presta atención a las señales, quizá sea el mensajero un familiar, un amigo, o un desconocido. Llamará a tu puerta, a tu portal, a tu portero, al timbre, a tu oficina, a tu corazón,…
Sigue, camina, suelta y confía, todo es perfecto y correcto.
No persigas a nada ni a nadie, porque al perseguirlo lo ahuyentas, lo alejas. Deja que el universo ordene las energías y tú, relájate… goza de la música que se entreteje entre los teclados del cielo.
Lo que esté preparado para no suceder, es complicado que suceda, por más que lo intentes. No podrás medir un metro ochenta, si ahora tu medida es de un metro cincuenta; dudo mucho que consigas que una persona fallecida hace años, regrese a la vida, tal cual era cuando la conocías; parece tarea imposible que si te han amputado una pierna, te crezca otra;… lo que esté destinado a no ocurrir, no sucederá, por más esfuerzos que hagas.
Sin embargo, lo que esté destinado a ocurrir, sucederá, por más intentos que hagas de impedirlo.
Si hay algo que deba llegarte, sabrá hallar el camino. Lo que sea para ti, te encontrará. Si tu destino final es brillar, lo harás, aunque sea tu luz muy tenue, el brillo interno que posees no puede disimularse; si has de encontrarte con alguien, lo harás, más temprano o más tarde, si vuestra senda era la misma, en dos extremos opuestos, el punto de encuentro aparecerá; si en tu corazón hay amor, a pesar de que seas la peor persona del mundo durante toda tu vida, se encargará la luz de ese amor de aflorar, aunque sea un instante en el último momento que te quede de vida.
Déjate llevar, amplía tu campo de visión.
Sigue, camina, suelta y confía, conócete más, todo es perfecto y correcto.
Aprende a conocerte, eres único, descubre tus pasiones, tus dones personales, tu manera de sentir en este momento (que puede ser distinta a la que tengas dentro de una semana, o a la que transitabas en un pasado cercano).
Tómate tiempo para descubrirte. Eres algo tan bonito, tan digno de amor y cariño, que es necesario que permitas que brote desde lo más interno de tu ser, cada una de las palabras de amor y cariño, que habitan en tu corazón.
Relaciónate contigo como si fueras un rey, un príncipe, el director de la empresa más importante del mundo, del universo entero.
¿A qué le temes? Si es para ti ya viene de camino, ¿recuerdas? Ábrete a lo que ya se inició.
Cuando hayas abierto un espacio para que lo más sagrado se muestre en ti y se dibuje el camino, no permitas que las inseguridades, los miedos o las penas te retrasen.
Avanza, abriéndote a lo nuevo, abandonándote a aquello que es para ti, pues sabrá encontrarte, con toda seguridad, sin pérdida. Los latidos de tu pecho serán el mejor gps, la guía que atraiga cada bondad y milagro que deseen formar parte de tu respiración.
Es importante clarificar e identificar lo que realmente sientes que es bueno para ti, descubrir qué es lo que impide que alcances tu máximo potencial, hallando la vía que te conecte con tu mayor expresión y brillo.
Sé capaz de concretar, observa a tu alrededor, ¿qué es lo que esperas?, ¿qué es lo que deseas?, ¿qué es lo que crees que necesitas?
Ábrete a que llegue.
Propongo hoy un ejercicio:
Hazte con unas hojas grandes y un par de bolígrafos de color distinto.
a)En una de las hojas escribe 10 objetivos que ya has logrado en la vida:
Aquello que reporte bienestar al pensar en ello, que deje buen sabor de boca cuando lo atraes a tu mente, que acaricie tu alma si lo visualizas, que emane orgullo y gozo con solo evocarlo.
Escribe en la hoja de la manera más detallada posible, anota cómo te sentiste al lograrlo, con quién estabas, lo que habías comido ese día, lo que se veía en ese momento en el lugar, si olía a algo especial, si te viene algún sabor a la boca al traerlo a tu memoria, la ropa que llevabas puesta, si era un objetivo personal o algún familiar te encomió a realizarlo,… todo lo que se te ocurra de cada uno de los objetivos cumplidos.
Cuando finalices de escribir cada uno de los objetivos, analiza cuáles fueron las dificultades por las que tuviste que atravesar para lograrlos y qué aprendizaje dejó en ti haberlas superado, anota también esto.
b)En otra de las hojas escribe 10 objetivos que quieres lograr en esta vida:
Mejoras físicas, mentales, emocionales y espirituales que deseas se manifiesten en tu presente. Relaciones personales que anhelas sucedan en tu transcurrir, con familia, amigos, vecinos o compañeros de trabajo. El hogar ideal para vivir, sus muebles, sus dimensiones, la distribución, la ubicación, la alegría que desprende, las reuniones que harás allí con familia y amigos. Actividades deportivas, artísticas, de entretenimiento, o de viajes, que te encantaría disfrutar. La prosperidad y la abundancia económica legal óptima, para que la seguridad y el bienestar sean unos buenos compañeros en estos objetivos.
Escribe en la hoja de la manera más detallada posible, imagina cómo te sentirás una vez lograda tu meta, lo que comerás ese día, lo que verás en ese momento en el lugar, los olores que te rodearán en el instante en el cual lo alcanzas, el sabor de boca que tengas en este momento que lo estás imaginando como si ya fuese real, la ropa que llevarás puesta cuando le cuentes a tus seres queridos que ya lo has conseguido, apunta también si es un objetivo personal tuyo o algún familiar te dice que sería importante realizarlo.
Cuando finalices de escribir cada uno de los objetivos, analiza y anota cuáles crees que serán las dificultades por las que has de atravesar para lograrlos y qué aprendizaje dejará en ti superarlas.
c)Relee la hoja de los objetivos alcanzados, agradece cada uno de ellos y el aprendizaje que te trajeron, poniendo la mano en tu corazón.
d)Relee la hoja de los objetivos por alcanzar, pon la mano en tu corazón y agradece que hayan aparecido hoy ante ti.
Elige uno y comienza a caminar para conseguirlo. Cuando lo hayas logrado, márcalo en tu hoja y ve a por el siguiente. Puedes caminar con varios objetivos a un tiempo, si son compatibles y te ves con fuerzas para ello.
Abandónate a aquello bueno que es para ti, porque inevitablemente hallará el camino para encontrarte.
Nota: para escribir este artículo saqué ideas de varios artículos que leí en las redes y me inspiré en las enseñanzas del doctor Kirill Yurievich , con quién aprendí «Osteopatía Biodinámica» y también fue profesor mío cuando estudié Naturopatía.
Abrazos de corazón.
María José Malleiro Zorzano (Mirena)