Mírame

"Ejercita cada día tus ojos poniéndote frente al espejo. Tu mirada debe aprender a posarse silenciosa y pesadamente sobre el otro, a disimular con velocidad, a aguijonear, a protestar o a irradiar tanta experiencia y sabiduría que tu prójimo te de la mano temblando". Walter Serner

Mírame,
soy muchas cosas que a ti te gustaría ser.

Soy la mujer que sale en la portada de este artículo.

Mírame,
no dejes de prestarme atención.

Mírame,
fíjate en la foto.

Mírame,
sigue observando mis rasgos.

Mírame,
no pares de mirarme.

Mírame,
si desvías tu atención a otro lado,
yo,
no seré nada.

Mírame,
cada vez que lo haces
me das VIDA.

Mírame,
sin tus comentarios,
sin tus “megusta”,
sin tu aprobación no soy NADA.

Mírame,
he tardado una hora en preparar esta foto,
no ha salido bien a la primera.

Mírame,
te lo ruego,
no me importa si luego hablas bien,
no me importa si luego hablas mal,
mírame y luego habla de mí.

Mírame,
porque yo no me miro
y necesito la mirada externa,
necesito tu mirada
para convertirme en algo,
para sentirme ALGUIEN.

Mírame,
si no me miras,
no soy NADIE.

He compuesto esta poesía para hacer la introducción de lo que hoy quiero exponer.

Me apetece charlar sobre la necesidad de aprobación que se tiene en las redes sociales.

Sobre la falsedad que se comparte ahí.

Sobre la cantidad de poses y filtros que se usan para mostrar la “realidad”.

Me ha venido la idea de escribir sobre ello porque ya no me lo creo todo. No me creo ni el uno por ciento de las imágenes y las vidas que ahí se comparten.

No sé si a vosotros os ha llegado a pasar, que te das una vuelta por alguna red social y ahí parece que todos tienen algo especial.

Siempre hay alguien que comparte que ha encontrado su camino en la vida, que vive en felicidad plena, gozosa, todos y cada uno de los días de su existencia.

Siempre salen personas maravillosas, triunfadoras y con unas casas y unas familias y unos hijos y unos maridos y unos cuerpos y una suerte increíble.

A ellos nunca se les estropea el coche, nunca se les mancha la ropa, nunca discuten con sus hijos, nunca les salen ojeras, tienen unas vidas súper organizadas, la casa siempre limpia, amistades perfectas, trabajos en los cuales se sienten realizados, mascotas obedientes y simpáticas,…

No sé si os ha pasado de ver constantemente este tipo de noticias por las redes. Algunos de ellos son gente que tiene miles o millones de seguidores.

Siempre salen perfectos. Varios de ellos venden algo.

Venden su estilo de vida, venden un producto para que te veas igual de guapo que ellos, igual de maravilloso y exitoso que ellos.

Reconozco que alguna vez he llegado a pensar: ¡qué vida más buena!, ¡que casa más bonita!, ¡qué personas más guapas!, ¡qué suerte que con sus hijos tan bien!

Voy a poner dos ejemplos para ilustrar lo que quiero explicar.

Primer ejemplo:

Recuerdo especialmente un librito muy pequeño que me dieron en la matrona, explicándome cómo dar el pecho al bebé. En este librito se contaba la historia de una mamá y feliz lactancia.

Aún no había nacido Mario.

La chica que ponían de ejemplo era una mamá guapísima y el bebé que había tenido era preciosisisisimo.

Se supone que esto era una historia real, ¡eh!

El caso es que contaba como tuvo un parto precioso, casi sin dolores, sin puntos ni horas de hospital, del que se recuperó en dos periquetes, el niño dormía casi toda la noche seguida, no tuvo ningún problema con la lactancia, se sentía muy apoyada por su pareja y era completamente feliz como madre, como mujer y como persona.

Todo iba tan bien, que decidió regresar a trabajar a los dos meses, porque el bebé, mientras ella iba a la oficina a trabajar, se lo cuidaba su madre, que era una señora guapísima, joven y dispuesta a invertir su tiempo cuidando del retoño de su hija, para que ella volviera a su trabajo y se sintiera realizada como persona.

Ahora, viéndolo desde la lejanía, me escama tanta perfección y suerte.

¿A ti no te escamaría?

En aquel momento, yo quería eso que le sucedía a esta mamá tan guapa y requeteperfecta, para mí misma.

¿Quién no querría que todo fuese tan idílico?

Quería que naciera sanito y perfecto, que durmiera bien, que saliera con los ojos azules y rubio pelón como ese bebé (y como mi marido que es rubio y de ojos azules).

Quería encontrarme feliz y sin molestias después de parir, en un parto fabuloso de tres minutos y un par de empujones.

Así que cuando llegó la realidad, me pegó una bofetada.

La VIDA nos pega bofetadas de realidad.

Sí, porque esta señorita que salía en ese folleto de la matrona, no sé que es lo que vendía. Porque el folleto era de una marca de leche de continuación o de un sacaleches, o de algo para bebés. Que allí en los centros de salud a veces van a dejar información sobre este tipo de cosas.

Entonces, para vendernos, ¿a quién van a poner?

Pues ponen a una súper mamá guapa, maquillada y con la suerte de que alguien le cuide del bebé, que además es dormilón y guapetón de revista.

Pero la realidad, la real de veras ¿¿¿cuál es????

Pues que a lo mejor esa chica ha tenido que pasarse una hora entre maquillaje y peluquería, para verse así de guapa.

Que a lo mejor la lactancia no es tan perfecta, porque sí ha tenido dolores y molestias y miedos, pero si dices eso, no vendes tu maternidad perfecta y no vendes el producto.

Que a lo mejor su bebé precioso es alérgico al pañal y se le pone el culete todo lleno de ronchas y no termina de encontrar la solución.

Que quizá de pronto se despierta y va corriendo a ver si sigue vivo, porque le ha entrado un miedo de que se muera de pronto, que no sabe de dónde viene, pero que la tiene agobiada total.

Que quizá está deseando volver al trabajo cuanto antes, porque ya no soporta ver al bebé, que le agobia y le quita libertad, esa libertad que antes tenía.

Qué se yo la de cosas que pueden suceder de verdad.

Segundo ejemplo:

En esta ocasión hablaré del caso de una chica que conozco. Es una chica gruesecita, muy alta y grande. Tiene unos ojos muy bonitos. No es lo que se dice una belleza, aunque sí que tiene rasgos lindos en las facciones de la cara.

Ella, que es una maravillosa persona, encuentra la manera de editar sus imágenes y parece un ser guapísimo en sus redes sociales. No aparenta ni los kilos, ni los años (más de 50), ni se ve cómo es realmente su aspecto.

No es ella de veras la que sale, es esa otra «YO», que se ha creado, para mostrar una cara más bonita al mundo y así, poder vender sus productos. Sí, ella también vende algo, crea contenido y tiene su página web donde ofrece artículos que puedes adquirir.

De veras la admiro. Por una parte me encantaría poder cambiarme de esa manera camaleónica, aunque luego viene mi otra parte más «vaguetas» y no, prefiero ser más normal y real.

Hace ya mucho tiempo que no suelo compartir fotos o imágenes de mis vacaciones ni de mi vida. Aquí en el blog he decidido compartir dos o tres fotos más íntimas, en la entrada, para hacer este espacio más humano y más cercano, pero no soy de las que relata sus viajes y sus vacaciones con cuatrocientas fotos.

No pierdo tiempo editando las fotos, fíjate, no edito ni los vídeos que publico en el canal. Me gusta lo natural.

Este auge de tecnología trae muchos beneficios, sí, pero también trae mucha insatisfacción. Se genera una sensación de vacío espiritual y existencial.

Las personas se sienten ignoradas, en un bullicio de información y gentes, pero solas, no miradas. Se ha creado una competición extrema por conseguir una mirada, un “megusta”, un seguidor.

Porque vas a ver los comentarios y las fotos que suben normalmente las personas a las redes sociales y muchas de sus vidas parecen salidas de un libro de felicidad.

Claro, no se van a poner a contar que su hijo es un llorón y llevan sin dormir bien desde que nació; que su hijo adolescente está diagnosticado de dislexia y va regular en el cole; no se van a poner a decirte que su pareja no les hace ni caso; no se van a poner a sacarse una foto donde salgan con ojeras o malas pintas.

Lo que se comparte, mucho de ello, es una ilusión, una falacia, una engañifa, mentira.

Tengo da la sensación de que la gente ve que los demás muestran lo más bueno de ellos mismos y quieren copiar eso que a los otros les ha ido bien.

Aunque esto crea una especie de espejismo de vidas perfectas, crea realidades a medias y oye, me da a mí que en todas las casas se “cuecen habas”.

Presta atención, algunos son capaces de hacer cosas impensables por tu mirada, por tu clic, por un segundo de tu atención.

No te compares nunca con las mamás de los folletos, con las personas de los anuncios, siempre van a estar retocados, nunca la imagen que muestran va a ser la real. NO puedes competir con algo falso.

Tú eres VIDA, la vida no se pone filtros, la vida es natural y maravillosa.

No te compares con nadie. No te creas todo lo que veas en las redes, en las revistas, en la televisión.

Esas personas que salen con sus vidas perfectas, son “postureo”.

Ellos, como seres humanos que son, además de bondades en su vida, tienen dolores y miedos; tienen penas y dudas; tienen hijos que a veces son rebeldes y parejas que a veces no son lo más armónico; tienen mascotas que se hacen pis en la alfombra y personal de servicio que no lo hace del todo bien.

Confía en ti y vive la vida como va viniendo.

Aprende de tu pasado. Deja ir lo que ya no sirve y quédate con el aprendizaje que han dejado los errores y los aciertos del pasado.

Vive plenamente el presente, gozándote, gozando a los que te rodean, aprovechando cada instante de bienestar, reconociendo que cada día es como la marea de una playa, con subidas y bajadas.

Aprende a sortear la marea, para que tu futuro sea lo mejor posible. Para que desde el presente seas capaz de generar las mejores historias y aprendizajes, para recordar en el futuro.

Prueba, investiga, lee cosas nuevas sobre lo que te gusta, descubre tus dones y talentos y mejóralos.

Realiza más veces lo que se da bien y comparte con el mundo.

Poco a poco, sin prisa, sin pausa, vive tu verdad, que es única e irrepetible, al igual que tú.

Comparto una meditación, un decreto, para que te comprometas contigo:

Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo o suscribirte al canal. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí:  Con las Manos de Mirena

Permite que la vida te guíe y se abra el mundo a tus pies, para que puedas celebrarte, cada día, sin necesidad de la mirada de nadie, solo la tuya.

Mírate.

Quiérete.

Mereces lo mejor.

Abrazos de corazón.

Marijose (Mirena)

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