Mi mamá me dio la teta

El vínculo que se genera entre madre e hijo cuando amamantas es maravilloso y mágico. Es amor puro. Aunque no es necesario que la comida salga de tu cuerpo para alimentar, lo que nutre es el amor del acto mismo. Las miradas y gestos, las caricias, las sonrisas.

La primera palabra que dijo mi hijo, no fue mamá, ni papá, ni pan, ni pis. La primera palabra que dijo, fue “TÉEEEE”, señalando a mi teta. Tenía pocos meses y sabía lo que quería.

Cuando se hizo más grandecito y alguien le preguntó eso de: “¿a quién quieres más bonito, a mamá o a papá?”, respondió con su lengua de trapo, que “a la teeeta y luego a mamá que es la que le daba la teta y luego a papá”.


La nuestra fue una lactancia prolongada. Criticada por unos, loada por otros. Al principio dura, por las molestias, el sueño, falta de información. Me sentía condicionada por los comentarios, aunque con el tiempo, aprendí a hacer lo que me dio la gana, y sacaba la teta en cualquier lugar. Yo veía a las madres de biberón dárselo a sus hijos en cualquier sitio, y esto no dejaba de ser lo mismo, el mío era un biberón que venía incluido en mi cuerpo.


Ya era un peponcete el niño cuando me incorporé a un grupo de lactancia y descubrí al pediatra Carlos González y sus libros. Con esa ayuda se me hizo mucho más llevadera mi etapa de madre teteadora.


La teta era el remedio para todo, que se caía, pues un chupetón; que le molestaba algo, tomaba un poquito y listo. Descubrí que era buena también para la piel, la suya y la mía. Así que sacaba una poca con el sacaleches y la usaba en las rozaduras y rojeces. A mí me fue bien con eso.


En algunas ocasiones me hubiera gustado tener la libertad de las mamás que dan biberón, que disponían de más tiempo para ellas. Pasé por dudas de si seguir o parar. Finalmente me decanté por seguir teteando.


Los caminos no son siempre de terciopelo, a veces las rosas traen espinas.

Nada es todo gloria o todo infierno.

Mario y yo


Considero que en este vínculo que se genera entre madre e hijo es maravilloso y mágico. Es amor puro. No es necesario que la comida salga de tu cuerpo, porque en ambas maneras de alimentar, lo que nutre es el amor del acto mismo. Las miradas y gestos que se generan, las caricias, las sonrisas. Viene a mi mente el día en el que mi hijo, muy bebecito aún, me miró mientras mamaba y me sonrió por primera vez, es algo grande eso.


Los grupos de lactancia me parecen una gran herramienta para hacer más fácil el proceso. Antes se tiraba de las abuelas, aquí en España se ha perdido bastante la costumbre de amamantar, como antiguamente se hacía, así que no tuve mucha referencia a dónde agarrarme. Mi madre a mí no me amamantó casi nada, pero vi como le daba el pecho a mi hermano, durante unos meses y eso debió de calar hondo en mi corazón. Siempre tuve claro que quería alimentar de esa forma a mi hijo.


Si vas a tener un hijo, o si lo has tenido recientemente y quieres amamantar, infórmate con una asesora de lactancia y pregunta a tu matrona. Si realmente estás convencida de darle esta alimentación, no tires la toalla a la primera. Mucho personal sanitario solo tiene las nociones básicas, que no son suficientes.


Si pruebas la experiencia y no es gratificante para ti, por mucho que lo hayas intentado, no sigas. No tiene por qué ser una obligación. Es algo que debe ser libre. El mejor alimento que le puedes ofrecer a tu hijo, es tu amor. Si llevas tiempo sufriendo por alargar este proceso y estás disgustada y triste, ofrécele un biberón con amor, que le sabrá mejor que esa teta enfadada que le dabas.


Recuerda que esto son mis consejos, cómo actué según mis circunstancias. Tú eres la que tiene que decidir siempre. Acude a personas que sepan.

Suerte en el viaje de conocerte a ti y a tu hijo.

-Para localizar grupos de apoyo a la lactancia puedes visitar la página web de la “Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia”. Desde allí puede buscar por provincias y comunidades autónomas, así como dar de alta un nuevo grupo.
http://www.ihan.es/grupos-apoyo

-Aquí te pongo la dirección de la liga de la leche:
www.lalecheleague.org

Abrazos de corazón.

Mirena

Nota: Este texto ha sido extraído de mi libro: “De regreso a casa”. Puedes adquirirlo en esta página o a través de Amazon.

Aquí te dejo el acceso a un vídeo que colgué en mi página de Youtube, charlando sobre mi tiempo de mamá teteadora.

Compartir en tus redes:

Artículos relacionados

El aborto

“No te avergüences de llorar, tienes derecho a llorar. Las lágrimas son solo agua, las flores, los árboles y las frutas no pueden crecer sin agua. Pero también debe haber luz solar. Un corazón herido sanará en el tiempo y cuando lo hace, la memoria y el amor de nuestros perdidos serán sellados en nuestro interior para confortarnos”. Brian Jacques

leer más ›

Mírame

“Ejercita cada día tus ojos poniéndote frente al espejo. Tu mirada debe aprender a posarse silenciosa y pesadamente sobre el otro, a disimular con velocidad, a aguijonear, a protestar o a irradiar tanta experiencia y sabiduría que tu prójimo te de la mano temblando”. Walter Serner

leer más ›