Alegría son esos días de lluvia en verano, que refrescan lo que el sol caldea.
Es recibir a un ser querido que regresa de un viaje, o salir de un aeropuerto y que esté aguardándote tu familia.
Alegría es arrimar tus pies desnudos y helados a los de tu pareja, que los tiene calentitos y así, quedarte como si tuvieras una manta eléctrica.
Son las botas de agua que te compras para meterte en los charcos, junto a tu hijo y gritar como una niña de felicidad.
Alegría son las flores que brotan en un adoquín de la acera, en un muro de piedra o en un desierto, desafiando las leyes de la naturaleza.
Es el pato del río que vigila a su compañera, mientras empolla los huevos, de los que nacerán sus hijos, los patitos.
Es levantarte de la cama, emocionado por llegar a la sala y ver lo que tus padres te han preparado de regalo, porque aunque nunca le has hecho caso a eso de «papánoel» y «reyesmagos», y a ti nadie te engaña con esos señores, te encanta abrir regalos y rasgar los papeles y lazos.
La alegría no es algo que se encuentre, es algo que se recuerda, viaja en nosotros desde siempre.
Canción: «Himno de la Alegría» de Miguel Ríos
Un abrazo desde mi corazón al tuyo.
Mirena