El duelo

Cuando fallece un ser querido o sucede un hecho desagradable, que altera tu manera de actuar, tu mundo se tambalea, el dolor te saca de tu seguridad rutinaria. Puedes sentirlo como una agresión, como la desintegración de una parte de ti.

Hoy, en el programa en el que colaboro de la radio, que se llama “Aprendiendo a vivir” y sale en la emisora Relax FM, nos ha tocado charlar sobre el duelo. Así que me he puesto a investigar un poco sobre ello.

Recordé que en mi segundo libro, “Más allá de las manos”, hubo un tema en el cual trataba un poco por encima las fases del duelo.

A mí, aprender conceptos nuevos, me nutre y reporta grandes beneficios. Cuando me interesa algo, leo, pregunto, averiguo lo máximo posible sobre el tema. Me quedo con lo que añade mejoras en mi vida, el resto lo dejo ir.

Cuando fallece un ser querido o sucede un hecho desagradable, que altera tu manera de actuar, tu mundo se tambalea, el dolor te saca de tu seguridad rutinaria. Puedes sentirlo como una agresión, como la desintegración de una parte de ti.

Ante estas circunstancias, puedes pasar por varias de las fases del duelo, descritas por Kubler-Ross, catalogadas en cinco pasos, en “Sobre la muerte y muriendo” (1969).

El duelo es un proceso natural que atraviesas cuando pierdes algo importante: un ser querido, una propiedad, el trabajo, la libertad, una pareja, un amigo o una mascota, por ejemplo.

Puede ser de diferentes intensidades, dependiendo de lo que has perdido. Está claro que no es lo mismo perder a un padre, que perder una joya, aunque sean pérdidas los dos y cada duelo será gestionado de forma diferente.

Vivirás un proceso de duelo ante cada una de las pérdidas que vayan apareciendo en tu vida. No es necesario que se te muera un ser querido, puedes atravesar un pequeño duelo por ejemplo:

-Si pierdes una cartera, harás el duelo por el dinero que llevabas, por los documentos, quizá por alguna foto o recuerdo pequeño.

-Si te roban el coche, sentirás que te han quitado una parte de ti, te tocará dejar ir los objetos que guardabas dentro y las historias que viviste mientras lo conducías.

-Si te mudas a otra vivienda, quizá añores la zona donde antes vivías o alguno de los muebles de la antigua casa, puedes echar de menos la cocina o algún olor.

-Si se marcha un familiar o algún amigo cercano, a vivir lejos, también puedes sentir el duelo de la pérdida por no poder verlo tan a menudo.

-Negación: niegas lo que está sucediendo, no, no, ¡es imposible!

-Ira: pasas por momentos de crisis emocional fuerte.

-Negociación: crees que podías haber evitado la tragedia si hubieras actuado de otra manera.

-Depresión: sientes angustia, apatía, falta de ganas de vivir.

-Aceptación: te vas adaptando a la nueva realidad.

Negación, ira, negociación, depresión y aceptación son fases por las cuales pasas después de venirte una tragedia o cualquier tipo de inestabilidad mental, física o emocional. No necesariamente has de vivirlas todas, ni en el mismo orden que expongo. Recorridas y superadas, se puede comenzar de nuevo, con otras circunstancias de vida. Lleva tiempo, ha de asimilarse el cambio.

«Llorar es hacer menos profundo el duelo». William Shakespeare

En la película «Troya», Brad Pitt (que hace de Aquiles) dice: «Te contaré un secreto, algo que no se enseña en tu templo, los dioses nos envidian. Nos envidian porque somos mortales, porque cada instante nuestro podría ser el último, todo es más hermoso porque hay un final».

¿Cómo podemos superar el duelo?

1-Algo muy beneficioso es agradecer por todo lo bueno que has vivido con esa persona (o ese objeto, si la pérdida ha sido material). Recordar los momentos amables y lindos que has pasado a su lado.

2-También es importante perdonar lo que quede pendiente, si por ejemplo tuviste un enfado o no hiciste el suficiente caso o, por lo que sea, te sientes culpable, deja ir la culpa. Siente que lo hiciste de la mejor manera posible, así la pena se irá diluyendo de una forma más natural y rápida.

3-Escucha tu pena. No sirve de nada negar lo que sientes. Llora lo que necesites. El dolor es inevitable cuando te sucede alguna desgracia o un cambio grande, lo que no es necesario es que caigas en el sufrimiento eterno. Se trata de ir escuchando cómo va madurando la herida y ayudarte a calmar el dolor, poco a poco. Encontrar recursos que nutran tu sentir ante esa pérdida.

4-Pide ayuda. Si crees que lo que te ha sucedido no puedes superarlo por ti mismo, acude a quién pueda ayudarte. Hay grandes profesionales de la medicina y las terapias, que podrán aliviar la carga que llevas. No es necesario que transites este duro momento en solitario.

5-Date tu tiempo. No quieras correr antes de andar. Aunque tampoco te quedes en esa estación eternamente. La duración del duelo es muy variable, puede ser que dure un mes como dos años. Dependerá de cada persona.

6-Continúa con tu vida. En cuanto estés mejor, sal a la calle a que te de el sol, pasea por una zona de naturaleza, respira con consciencia y vuelve poco a poco a tu vida. Encuentra algo que te guste hacer, aprende una cosa nueva, conoce a otras personas.

7-Vive el presente. No entres a rememorar constantemente lo que sucedió hace tiempo con la persona (o el objeto perdido). Lo más importante para superar el duelo es saber que tú estás aquí y ahora, para vivir. Vive en presente.

8-Quiérete mucho. Enfoca tu energía en quererte y tratarte bien, para poder superar esta pérdida. Eres un ser maravilloso. Recuérdalo siempre.

9-Quizá tu duelo afecte a más seres en tu ambiente (familiares, amigos). Cuando te encuentres con fuerzas, apoya a las otras personas de tu entorno, a las que también afecte el duelo que tú estás atravesando, en compañía, el dolor se transita de una manera distinta.

Te propongo un ejercicio:

-Encuentra un lugar cómodo donde dedicarte al menos cinco minutos.

-Consigue una hoja en blanco y algo con lo que escribir sobre una mesa.

-Siéntate en una posición cómoda.

-Cierra los ojos.

-Haz tres inspiraciones profundas, sintiendo que cuando inspiras te llenas de serenidad y cuando sueltas el aire dejas ir las tensiones.

-Goza durante unos instantes de este bienestar.

-Abre los ojos.

-Vas a escribir, en el papel en blanco, 10 cosas que han sucedido en tu vida, desde la niñez, hasta ahora, por las cuales hayas pasado un proceso de duelo. Anota cómo te sentías, el dolor que te provocó, la pena que pasaste, si te supuso un trauma o lo supiste llevar de una manera medianamente cómoda.

-Cuando lo hayas escrito, lee lo que has puesto. Observa los sentimientos que vienen a tu pecho, los pensamientos que se acercan a tu mente y cómo está tu cuerpo en ese momento. Atender estos sentires servirá para poner consciencia de lo que llevas dentro de ti.

-Agradece el haberte escuchado.

Aquí puedes ver una charla que mantuve con Xoana Pintos sobre el duelo. Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo, compartirlo con personas a las que creas que le puede ser útil o suscribirte al canal.

Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí: https://www.youtube.com/@conlasmanosdemirena/featured

Te dejo aquí una canción que habla de despedidas y cierres… lo que hacemos cuando transitamos el duelo… despedirnos de una etapa, cerrar unas puertas y abrirnos a lo nuevo que haya que transitar.

«No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes». Bob Marley

Nota: parte de este escrito lo he sacado de mi segundo libro: «Más allá de las manos».

Abrazos de corazón

María José Malleiro Zorzano (Mirena)



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