Me quiero sentar, me voy a sentar, me siento,
me tomo un descanso, escucho mi cuerpo,
me atiendo.
El cuerpo es la “máquina” increíble donde vivimos. Un mecanismo perfecto lleno de curiosidades y secretos por descubrir.
Era bien pequeña cuando me pregunté por primera vez qué había más allá de los límites de la piel que me envolvía. Me hubiera encantado tener algún artilugio mágico para verme por dentro.
Y estas mismas ganas de saber qué hay más allá de la piel que lo envuelve han hecho que, desde los albores del tiempo, científicos, investigadores, médicos, estudiantes, curanderos, curiosos y un sinfín de sabios lo hayan mirado, escuchado, diseccionado, medido y pesado.
Todo ello para encontrar respuesta a millones de preguntas agolpadas en la mente humana:
¿Cuántos huesos tenemos? ¿Cuántos músculos nos posibilitan el movimiento? ¿Qué órganos intervienen en la digestión? ¿Qué parte del cuerpo es la más importante? ¿Qué minerales necesitamos para que funcione? ¿Cuál es la proporción de sangre que llevamos? ¿Cuál es la media de latidos que da un corazón al año? ¿Por qué poseemos cinco dedos en las manos y en los pies?
Y así ad infinitum (infinitamente), pues queda mucho por descubrir del cuerpo.
La Anatomía es la disciplina médica más antigua que se conoce. De largo viene el interés profundo por emprender un viaje al interior de nuestro organismo, que nos desvele las mejores fórmulas y procedimientos para cuidarlo, curarlo y protegerlo con el máximo esmero.
Envuelto en la piel, un paquete de regalo perfecto, se esconden huesos, articulaciones, músculos, sistemas, vísceras, tendones, venas, líquidos, células, glándulas, etc.
Grandes sabios y filósofos de la historia han dedicado tiempo y esfuerzo a desentrañar todo aquello nos alberga.
El cuerpo humano está compuesto por millones de átomos que, combinados entre sí, nos facilitan las acciones para llevar a cabo la vida. Si todas las células del cuerpo humano se pusieran en línea, alcanzarían una longitud de alrededor de 1.000 kilómetros.
Desde una microscópica célula (se calcula que tenemos sobre 5 billones), hasta el hueso más largo (el fémur), o la piel (mayor órgano del cuerpo, con sus 2m cuadrados) todo se une en un compendio perfecto de aparatos o sistemas, que a su vez están formados por órganos, y estos, compuestos de de tejidos.
Aquí hago un breve paseo por el cuerpo:
-El cerebro:
Órgano principal del sistema nervioso central. Situado en el centro de la bóveda craneal. Conformado por células llamadas neuronas. El de un adulto contiene alrededor de 100.000 millones de neuronas. Se divide en: cerebro, cerebelo y tronco cerebral. Se encarga de las funciones motoras y sensoriales y de los procesos mentales. Formado por dos hemisferios: derecho e izquierdo; cada uno dividido en cuatro lóbulos: frontal, temporal, occipital y parietal. Está conectado al tronco encefálico y a los nervios que recorren tu columna vertebral. La actividad eléctrica que produce el cerebro forma un patrón de ondas cerebrales.
-El corazón:
Es el músculo que bombea sangre a través de los vasos sanguíneos. Mantiene la sangre en movimiento en el cuerpo, en un circuito cerrado, nada se pierde. Se divide en dos partes, que a su vez se dividen en otras dos. Se encuentra entre los pulmones en el centro del pecho, ladeado ligeramente a la izquierda. Bombea alrededor de 5 litros de sangre por minuto. Su tamaño se aproxima a un puño, dependiendo de edad y constitución de la persona. Late unas 100.000 veces al día.
-Los pulmones:
Se ubican en la caja torácica, a ambos lados del mediastino. Debido a que el corazón está ladeado a la izquierda, el pulmón derecho es más grande que el izquierdo. Son los órganos internos más grandes del cuerpo. Transportan el oxígeno del aire que respiras hacia el flujo sanguíneo y eliminan el dióxido de carbono, por medio de las exhalaciones . Son como una esponja . Durante un día se respira unas 25.000 veces. Es posible vivir con un solo pulmón.
-El estómago:
Es una bolsa ancha, con forma de “D” a la cual llegan los alimentos (bolo alimenticio) procedentes de la boca. Estos alimentos, a través de la digestión y sus jugos gástricos, se van haciendo más líquidos, para ser impulsados hacia los intestinos, donde seguirá la digestión. Los alimentos pasan en el estómago entre 3 y 4 horas, luego se abre el píloro, para permitir el paso de los alimentos deshechos (quimo) hacia el intestino delgado. Tenemos millones de bacterias no patógenas desde que nacemos, forman nuestra microbiota, o flora intestinal, que es la encargada de digerir y asimilar los alimentos que comemos.
-Los intestinos grueso y delgado:
El duodeno es la primera porción del intestino. Forman parte del sistema digestivo, no seríamos capaces de digerir sin la ayuda de millones de bacterias alojadas en ellos. El intestino delgado tiene entre 6 y 7 metros, recibe el quimo, que viene desde el estómago. Sigue la digestión con la ayuda de los jugos pancreáticos y hepáticos. Aprovechándose los nutrientes, que pasan a la sangre. Lo que no sirve va hacia el intestino grueso. El intestino grueso está formado por: colon ascendente, transverso y descendente, colon sigmoide, recto y ano. Mide sobre 1.5 metros. Aquí termina la digestión, lo que no se aproveche se deshecha por las heces a través del ano. Se puede vivir sin un trozo de intestino.
-El hígado:
Es un órgano que pesa alrededor de 1.5 kilos en un adulto. Se forma por dos caras. Se sitúa en el lado derecho del cuerpo, en el abdomen, debajo del diafragma. Segrega la bilis, que se almacena en la vesícula y es esencial para la digestión de las grasas. Síntetiza las proteínas plasmáticas, procesa los nutrientes y almacena las vitaminas. Tiene también función desintoxicante, destruyendo las toxinas. El hígado se regenera en parte. Dicen que gestiona las emociones de rabia, ira, frustración,…
-El bazo:
Este órgano forma parte del sistema linfático y es el centro de actividad del sistema inmune, contribuye a la elaboración de anticuerpos del organismo. Está formado por sangre y células, situado en el abdomen, bajo las costillas, a la derecha del estómago. Pesa entre 100 y 250 gramos. Es como una especie de filtro en la circulación sanguínea e interviene en el proceso digestivo. Se puede vivir sin él, aunque habría que tener precaución frente a las bacterias porque bajan las defensas. Se dice que cuando se extrae el bazo, el hígado se desarrolla un poco más para actuar como defensa.
-Los riñones:
Son dos órganos con forma de judía que filtran la sangre y extraen los productos nocivos para expulsarlos por la orina. Ayudan a mantener el equilibrio de sustancias químicas: sodio, potasio, calcio, etc. en el cuerpo. Elaboran hormonas que controlan la presión arterial y colaboran en la producción de glóbulos rojos. Forman una cavidad en la que se encuentra el hilio renal, por el cual entran o salen arterias, venas y ureteres. Los ureteres transportan la orina producida por el filtrado. Cada riñón contiene sobre un millón de filtros, que purifican 1.3 litros de sangre por minuto y expulsan sobre 1.4 litros de orina cada día. A lo largo de su vida una persona normal expulsa alrededor de unos 40.000 litros de orina. Se puede vivir con un riñón.
-El páncreas:
Órgano glandular situado en la parte superior del abdomen, detrás del estómago y los intestinos. El conducto del páncreas desemboca en el intestino junto con el conducto biliar, que trae la bilis del hígado y la vesícula. Produce los jugos pancreáticos, enzimas que ayudan a la digestión. Elabora varias hormonas, incluso la insulina. Participa en la absorción de alimentos produciendo un líquido que contiene enzimas que los digieren. Mide entre 15 y 23 centímetros de largo y 4 centímetros de ancho, pesa sobre 150 gramos.
-Los huesos:
Nuestro esqueleto es la percha que sujeta el cuerpo, es una estructura firme que nos permite cumplir funciones básicas y elementales para el funcionamiento del organismo. Está formando por 206 huesos. En la infancia el número de huesos es superior, algunos se sueldan durante el desarrollo. Se forman mediante un proceso en el cual el tejido fibroso, cartílago, se convierte en hueso. Más de la mitad de los huesos están en las manos y en los pies. En su interior, se fabrica la sangre. Pueden dividirse en varios tipos dependiendo de su forma: hueso largo, corto, plano, irregular o sesamoideo. A partir de los 25 años la masa ósea se va volviendo menos compacta, pierde consistencia. El hueso más largo es el fémur. El más pequeño es el estribo (situado en el oído).
-La médula ósea:
Se encuentra en el interior de los huesos. Produce médula roja y médula amarilla. En la médula ósea roja se forman los glóbulos rojos, las células madre. En la amarilla, básicamente grasa. Tiene doble función: crear glándulas sanguíneas y función inmunitaria. Por su interior circulan vías nerviosas, de donde salen los nervios espinales, que llegan a todas las partes del cuerpo. Se puede hacer donación de médula ósea, extrayendo, con una jeringuilla, una pequeña cantidad de sangre medular de la parte posterior del hueso de la cadera. Puede donar toda persona sana de entre 18 a 40 años, siempre que no padezca enfermedad susceptible de ser trasmitida al receptor, ni enfermedad que ponga en peligro su vida por donar.
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-Los músculos:
Son los órganos que envuelven nuestro esqueleto dándonos la forma humana. Formados por tejidos que pueden contraerse o relajarse. Pueden ser de diferentes tipos según su función: voluntarios o esqueléticos (los que podemos controlar), involuntarios o lisos (los que no controlamos) y cardíaco o miocardio (en el corazón). Se ponen en acción conjuntamente para facilitar el movimiento de la persona. El cuerpo humano tiene unos 650 músculos esqueléticos. Se encargan de convertir la energía química del cuerpo en energía mecánica y transformarlas en movimiento útiles. Los músculos necesitan azúcar y oxígeno, cuando les faltan se generan las “agujetas”. Los músculos más pequeños están en las orejas. El músculo más potente se encuentran en la mandíbula (masetero). El músculo más largo es el sartorio, que va desde la pelvis hasta debajo de la rodilla. El músculo más grande es el glúteo mayor, situado en la nalga. Los músculos representan el 85% de tu calor corporal, cada vez que tus músculos se contraen generan calor.
-La piel:
La piel es el órgano de mayor tamaño del cuerpo. Nos protege de lo externo, nos facilita el sentido del tacto, nos mantiene con la temperatura adecuada, nos ayuda a hidratarnos. La piel y sus derivados (cabello, uñas y glándulas sebáceas y sudoríparas), conforman el sistema tegumentario. Está compuesta por diferentes capas: epidermis (superficial), dermis (la intermedia) e hipodermis (la más profunda). Manifiesta la situación general del indivíduo y proporciona información sobre el exterior (frío, calor, humedad,..). A medida que van envejeciendo, las células de la piel se descaman y desprenden, contribuyendo a la renovación permanente del tejido cutáneo. La piel no es igual de gruesa en todas las partes, la zona más fina se encuentra en los párpados, la más gruesa es la de la planta de los pies. En un humano adulto ocupa una extensión de 2 metros cuadrados aproximadamente y pesa alrededor de 4 kilos.
Nota: parte de este texto está extraído de mi libro «Más allá de las manos», puedes encontrarlo en esta página web, o por Amazon.
Libros recomendados:
-”100 Cosas que saber sobre el cuerpo humano” de Alex Fith, Minna Lacey, Jonathan Melmoth y Matthew Oldham
-”Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer” de la doctora Christiane Northrup
-”El cuerpo humano” de Jane de Burgh
Te dejo una canción:
-“Bailando” de “Alaska y Los Pegamoides”
Abrazos de corazón
Mirena