¿Realmente somos libres?
Antes de nada voy a indagar qué es la libertad según diferentes fuentes:
1-Según la RAE:
a) Es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
b) Estado o condición de quien no es esclavo.
c) Estado de quien no está preso.
d) Falta de sujeción y subordinación. A los jóvenes los pierde la libertad.
2-Según la Wikipedia:
La libertad (del latín: libertas, -ātis) es la capacidad humana de actuar por voluntad propia.
El estado de libertad define la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impuesto al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, aquello que permite a alguien decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos en la medida en que comprenda las consecuencias de ellos.
3-Según Significados.com:
Libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás.
4-Según ConceptoDefinicion:
La libertad es la facultad natural del hombre para actuar a voluntad sin restricciones, respetando su propia conciencia y los valores morales, para alcanzar su plena realización. Es la posibilidad que se tiene para decidir por cuenta propia cómo actuar en las diferentes situaciones que se presentan en la vida. El que es libre elige entre varias opciones lo que le parece mejor o más convenientes, tanto para su bienestar, para el de los demás o el de la sociedad en general.
5-Según Muchahistoria.com:
Es la facultad o capacidad que permite a los humanos actuar por voluntad propia, que sean libres de obrar y pensar de acuerdo a su conciencia e intereses sin sometimiento u opresión alguna.
6-Según Humanium.org:
La libertad es un derecho sagrado e imprescriptible que todos los seres humanos poseen. La libertad es la facultad de obrar según su voluntad, respetando la ley y el derecho ajeno.
7-Según algunos libertarios:
Hacer lo que te da la gana, cuando te da la gana, porque te da la gana.
Entonces aquí me vuelvo a preguntar lo mismo del principio.
¿Realmente somos libres?
¿Podemos hacer lo que nos de la gana, cuando nos de la gana, porque nos da la gana?
A mí me da la sensación de que no somos tan libres. Que nuestra libertad es irreal, efímera, inconsistente.
Es una libertad envuelta en papel de espinos, rodeada con una verja que la protege de nosotros mismos. Y esa verja tiene llave, me imagino a esa llave muy sencilla, seguro que hasta se puede abrir dando un pequeño empujón, pero no nos acordamos, así que andamos luchando para encontrar la libertad añorada.
Es una libertad falseada y coartada, condicionada por lo que nos rodea; por el bagaje de vida que llevamos; por la familia; por nuestras opiniones y las opiniones de los otros; por las ideas de nuestro país, pueblo o continente; atrapada en los qué dirán y en los dimes y diretes del cotorreo de nuestra mente.
¿Tú crees que eres libre?
Libre de veras me refiero.
Se me ocurren varias preguntas que pueden ayudarte a darte cuenta de si eres de veras libre. Son preguntas que me hago a mí misma y, al responderlas, me doy cuenta de que no soy todo lo libre que quisiera.
Responde tú estas cuestiones.
Indaga en ti, a ver qué te hacen sentir.
¿Podrías ahora mismo, en este instante presente, hacer una maleta y marcharte de casa por un tiempo indefinido sin mirar atrás y sin avisar a nadie?
¿Podrías apagar el ordenador, teléfono o tablet, desde el que estés leyendo este artículo e irte a la estación más próxima de tren o autobús, para subirte al primer medio de transporte que salga, sin rumbo fijo, sin fecha de regreso?
¿Puedes decir realmente lo que opinas y sientes, a todos, sin importar que sean tus padres, hijos, pareja, amigos, vecinos, conocidos, compañeros de trabajo, jefes,…?
¿Puedes dejar de comer esa comida que no te termina de sentar bien, pero que no sabes por qué, una y otra vez, la vuelves a comer?
¿Puedes parar las millones tonterías que se asoman a tu mente, cada vez que te quedas en el silencio de tu interior y decides meditar durante un rato?
Cuando eras bebé, ¿te bautizaron en alguna religión (a la que no le haces ni caso hoy en día) y tú no pudiste opinar nada al respecto?
¿Crees que dispones de los recursos necesarios y suficientes para vivir feliz, ahora, aquí, en este lugar?
¿Puedes dejar de pensar que estarías mejor con unos kilos de más, unos kilos de menos, unos centímetros más, unos centímetros menos, el pelo más largo, el pelo más corto, los ojos azules, los ojos verdes, los ojos negros, los ojos más grandes, los ojos más pequeños, las manos más largas, la piel más blanca, la piel más oscura,…?
Si te digo ahora que pienses en un elefante azul, ¿qué sucede?
Y si te digo que pienses en ese elefante azul volando, ¿qué sucede?
Si has llegado hasta aquí, seguro que ya habrás deducido la cantidad de libertad que posees. Cada uno la suya. Cada cual sentirá que es más o menos libre. El caso es que me da la impresión de que la mayoría se dará cuenta de que tampoco es tan libre como pensaba.
Igualmente, a pesar de toda esta pedazo de mochila que llevamos cargando en nuestros hombros, podemos decidir pararnos, soltar la pesada carga, dejarla en el suelo, pegarle una patada si nos apetece y darle las gracias por todo lo que nos ha proporcionado como aprendizaje.
Porque los miedos que nos inculcaron nuestros padres, abuelos, hermanos, amigos, etc. para protegernos de los posibles daños, son miedos de ellos. Así que devuélvele los miedos a cada uno, no son tuyos.
Puedes caminar más libre si decides qué es lo que a ti te hace bien.
La libertad es una decisión.
Yo, hoy, decido sentirme libre.
Es una decisión que yo tomo.
Ser lo más libre que pueda, dentro de los parámetros que la sociedad me impone, dentro de las normas que regulan las leyes que indican qué es delito y qué está prohibido.
Ser lo más libre que pueda, teniendo en cuenta las ideologías que me inculcaron desde que era niña, y que sé que aunque quiera dejarlas de lado, inconscientemente andan ahí, trajinando en mi interior y por mucho que les diga que ya no son mías, no sé el tiempo que me llevará deshacerme de ellas del todo.
Ser lo más libre que pueda, teniendo en cuenta que mi vida no soy yo sola, soy yo y mi pareja y mi hijo y mi perrito y mis padres, suegros, hermano, amigos y demás maravillosos seres que me acompañan en el camino.
Ser lo más libre que pueda, reconociendo que soy naturaleza, que soy VIDA. Que formo parte de un todo que me acuna, que me arropa y protege.
Pasos que hago yo para sentirme más libre:
-Cuando me veo al espejo me digo cosas bonitas: ¡guapa!, ¡cosa linda!, ¡mira que ojos bonitos!
-Cada día me recuerdo que soy única, soy irrepetible, inigualable, si soy todo esto, ya no me siento atrapada en ser normal, que era mi ansia desde pequeña. Como me veía tan distinta a los demás seres humanos, quería volver al «redil» y ser «normal». Me libero de ser normal, porque soy un maravilloso ser humano inigualable.
-No sigo las modas, no me siento atada a llevar las ropas que se supone están de moda en esta temporada. Me visto como quiero y si, de casualidad, algo de lo que justo está de moda en ese momento me sirve, me gusta y me va bien comprarlo porque me hace falta, ¡viva!, me lo compro y lo gozo.
-No me creo todo lo que dicen por la tele. Veo la tele poco, para ponerme las series, documentales o películas que me apetecen. Y lo que veo, lo miro como si pudiera desentrañar las tripas de lo que veo. A veces me pongo a observar lo bien que actúan los componentes de la acción; otras veces miro lo bonito de los decorados y los paisajes que han elegido; o me quedo asombrada de los diálogos; también me dejo llevar y gozo de la serie o película, me río, me emociono, lloro,… por el gusto de hacerlo, sin creerme lo que ponen, sabiendo que es una ficción.
-No soy fan de nada ni nadie. No sigo a nadie acérrimamente, ni me parece que nadie es más o menos que yo. A estas alturas de vida, me he dado cuenta que todos somos seres maravillosos, algunos sabemos hacer unas cosas y otros saben realizar otras, pero todos, sin faltar uno, disponemos de dones y talentos. Así que me he liberado de la creencia de que algún otro ser humano me va a solucionar todo lo que yo no sé solucionar emocional o mentalmente. Claro que me pueden ayudar y que me pueden guiar, aunque seré yo la que he de dar los pasos para lograr avanzar en muchas áreas de mi vida.
-Cada vez que me acuerdo, le paro los pies a mi mente saboteadora, que se empeña en decirme que no valgo, que no puedo, que no merezco todo lo bueno. Esto es una dedicación a veces cansina, porque resulta que a mi mente le gusta darme la matraca con este tema. Aunque también soy yo bastante insistente, así que ahí vamos, ella me dice y yo la callo y le digo que me deje tranquila.
-No quedo con gente que no me aporta. Ya no quedo con seres humanos que no me aportan valor, risa, alegría, compañía y bienestar. Me encanta estar relajada, en mi casa, dando un paseo, leyendo, dibujando, rascándome la cabeza si me apetece. Mi tiempo es una maravilla, así que cuando quedo con alguien es porque me da la gana. He aprendido a decir ¡no, gracias, hoy no voy! Y no voy. A ver, algunas cosas me tocan, como cuando he de ir a hablar con los profesores de mi hijo. A lo que me refiero aquí es que ya no quedo porque se supone que hay que quedar, que es lo que la sociedad dictamina como normal.
-He aprendido a pedir ayuda. Esta ha sido una parte fundamental de mi libertad. Si yo no puedo por cualquier motivo, si otro puede ayudarme a conseguir que se haga esa tarea de casa, esa pequeña reparación en casa, ese documento, pido ayuda. A veces me encuentro enferma o con menos tiempo o alicaída. Es el momento de pedir ayuda. Este acto libera mucho.
-He descubierto que sentirme bien me da mucha libertad. Si me siento triste, alicaída, enfadada o adolorida, no me siento libre. Siento que estoy enjaulada y apretujada. Así que cuando descubro una acción que me hace sentirme bien, la repito muchas veces. Me libera dibujar, escribir, leer, bailar una canción alegre, cocinar algo rico, escuchar a personas que digan cosas nutritivas, que me aporten valor, que me hablen de cómo mejorar, a través de cómo ellas mismas mejoraron. Cuando me da el bajón, realizo algo de lo que acabo de contarte. ¿A ti qué te hace subir el ánimo?
-Me he salido de grupos de guasap, telegram, faceebook,… Entro poquísimo en las redes sociales. Lo que entro es para ver a personas que me puedan aportar algo. Me da igual las vacaciones a las que ha ido «yoquesequién», las ropas, los peinados y las mascotas de los demás. Con mi vida tengo suficiente. No entro por las redes. Me quitan tiempo y mi tiempo es libertad.
-Investigo lo que no sé. Pregunto. Hallo respuestas. Camino hacia la verdad. La ignorancia quita libertad. Así que voy al encuentro de soluciones, si no sé algo indago hasta que la respuesta me deje tranquila. Puede que la verdad en ese momento no sea la misma que al cabo de un tiempo, pero al menos encontraré respuestas a mis dudas. A veces de pequeños nos dicen que no preguntemos tanto, creo que es un error enorme, es necesario que sofoquemos esa necesidad de saber de los niños.
Se acerca el final.
Ten la libertad de no creerte nada de lo que aquí diga o creerte todo lo que aquí transita. Siéntete libre, te concedo esa libertad.
En realidad no soy yo la que te la concede, tú ya tienes en tu interior esa libertad.
Aquí te comparto una charla que mantuve con Paco Alarcón sobre la prosperidad ilimitada, que da mucha libertad. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí: Con las Manos de Mirena
Sé que siempre te digo que eres un milagro, un ser humano único e irrepetible y también te digo que te quieras mucho. Hoy especialmente te lo recuerdo. Cada vez que le digo a otro ser que se quiera, me lo estoy diciendo a mí.
Así que lo dicho: quiérete, te lo mereces.
Abraza la libertad.
Abrazos de corazón.
Marijose (MIA)