Se dedicó a quererse,
dejó que entrara aquello que antes se negaba.
Descubrió nuevas gentes e historias
que le abrieron mil caminos diferentes.
Comprendió que la carga
que oprimía su pecho
ya no estaba,
y una sonrisa se reflejó en su boca.
Mejoró su estima y aprendió a aceptarse.
Se acercó a sus metas,
pequeñas unas, grandes otras
y alcanzó una felicidad
que no llegó a soñar nunca antes.
Se abandonó serena
a la alegría que emanaba de su alma.
Confió en el enorme poder
de su mente inconsciente,
se inundó de gracias
y bendijo enormemente.
Y prometió quererse
por el resto de la vida que restaba.
A continuación te propongo un ejercicio:
-Encuentra un lugar tranquilo, colócate en una postura cómoda (sentado o recostado) y pide que no te molesten durante 5 o 10 minutos:
-Haz tres inspiraciones profundas, sintiendo que cada vez que entra el aire en tu cuerpo, te llenas de amor hacia ti, y cada vez que sueltas, dejas ir el malestar y la crítica hacia ti.
-Atrae a tu mente todas las buenas sensaciones, hechos, personas y lugares que te hagan sentir bien.
-Agradece por ello cuando termine el tiempo.
-Regresa al presente, haz una inspiración profunda y quédate con esa sensación de bienestar para hacer el ejercicio que sigue:
-Consigue unas hojas limpias y algo con lo que escribir.
-Siéntate en un lugar confortable.
-Puedes poner una música que te guste y relaje, si te apetece.
-Vas a escribirte una carta de amor a ti. Te vas a escribir a ti mismo, diciéndote todo lo que te quieres, las ganas que tienes de estar contigo mismo, lo bonito que eres, las de cosas que te gustan de ti mismo, que te agradeces todo lo bueno que has realizado, que te gusta mirar tus ojos, que te encanta tu voz, tu pelo y el perfume de tu piel. Si te resulta un poco difícil pensar en ti para escribir la carta, pon todo lo que pondrías si la carta fuese escrita para la persona que más has querido o quieres en tu corazón.
-La firmas y te despides con todo tu cariño y amor hacia ti mismo.
-Al terminarla, la lees en alto, así harás partícipe a tus sentidos de la vista, del oído, del tacto… de este acto de amor. Cuantas más partes estén involucradas, más hondo calará en ti este mensaje de cariño y escucha activa que realizas.
-Luego la puedes guardar en un lugar bonito y, cuando veas que tu estado anímico es alicaído y apático, relee y escucha tu mensaje, quizá ayude a elevar tu ánimo.
Desde mi corazón al tuyo un abrazo muy grande.
Mirena