
Todos guardamos alguna canción en el corazón. Algún momento sonoro impregnado en el ser que nos forma. Algunas veces nos facilitan sensaciones hermosas, otras, lo que atraen esas canciones, son vivencias más duras. Dicen los psicólogos, que lo que escuchas se queda adherido a lo que vives en ese instante, olores, ruidos, sabores y hechos.
Todos guardamos alguna canción en el corazón:
La nana que nos cantaban de pequeños y ayudaba a conciliar el sueño; aquella balada que tarareabas con tus amigas en la escuela, mientras inventabais un baile para acompañarla; la música que sonaba cuando dimos nuestro primer beso; la melodía pegadiza del anuncio que salía por televisión; la composición rítmica del vecino del quinto, que practicaba en el piano, todos los días de la semana; el “cante hondo” que tanto le gustaba a tu abuelo, mientras veía los toros; …
Son esos temas, que cuando regresan a tu vida, te transportan al instante, al momento en el cual la canción se grabó en tu alma. Aparecen ante ti los hechos que rodeaban a la música.
De pronto sientes la felicidad y la euforia del primer concierto al que asististe, rodeada de tus compañeras de clase. Rememoras la ropa, los pendientes y hasta la colonia que llevabas puesta.
Quizá te invada la pena por ver de pronto en tu mente, a una amiga que falleció hace poco o a un amor lejano en la historia.
La de veces que en plena ruta de carretera, oyendo por la radio algún tema de los 80, me he teletransportado a mi niñez o adolescencia y me he puesto a cantar a viva voz, en el coche, con un enorme gozo y un éxtasis casi divino, por las caricias a mi corazón, que provocaban esas letras.
O esos otros momentos, en los que agarrada a tu pareja, evocas aquel primer encuentro, gracias a los recuerdos que os trae vuestro primer baile juntos, agarrados, mirada contra mirada, latido junto a latido, amor en lo más tierno de la expresión.
Aquí te comparto algunas canciones que acompañaron buenos momentos de mi vida, ¿qué canciones colman la tuya?, haz un ejercicio de recordar aquellas letras o sonidos que procuraron felicidad, plenitud o gozo a tus momentos más hermosos.
Un refrán español reza: “el que canta su mal espanta”. Canta, que la risa llene tus pulmones y encharque de felicidad tu día.
Abrazos de corazón
Mirena