Recorre el camino del brillo.
Comprométete contigo mismo y ten paciencia.
No te proyectes en el futuro, padeciendo posibles desgracias que quizá ni lleguen, ocúpate del ahora, de la mejor manera.
Hazte los propósitos de hoy para hoy, presta atención.
Te das el permiso de prestar atención.
Mírate,
¿qué temes?,
¿qué te impacta?,
¿qué mensaje te está dando lo que te llega?
Ten el valor de emprender esa travesía, deja que salga tu sombra y descubre tu brillo.
Brilla, porque eso es lo que hemos venido a hacer.
Brilla, para que otros descubran, a través de tu brillo, que ellos también pueden brillar.
Sé humilde, ten el suficiente amor por ti mismo para darte cuenta de que estamos rodeados de espejos que nos anuncian cómo mejorar el camino.
Y si algo o alguien no te llena, apártalo de ti si puedes, o interacciona lo mínimo.
Pide ayuda cuando lo necesites. Apoya a los que acudan a ti en busca de un hombro amigo.
Observa a los que emanan amor y humor, no te fijes en los que no te hablan desde el corazón.
No pongas tu poder en manos de nadie.
Emprende el camino del brillo, aquí, hoy, ahora.
No hay otro camino posible, porque has venido al mundo a brillar.
Atrévete a mostrar tu brillo al mundo.
Porque tú lo vales, porque tú puedes, porque es lo que mereces.
Comparto un ejercicio:
-Encuentra un lugar tranquilo, colócate en una postura cómoda y pide que no te molesten durante 5 o 10 minutos:
Haz tres inspiraciones profundas, sintiendo que cada vez que entra el aire en tu cuerpo, te llenas de amor hacia ti, y cada vez que sueltas, dejas ir el malestar y la crítica hacia ti.
Atrae a tu mente todas las buenas sensaciones, hechos, personas y lugares que te hagan sentir bien.
Agradece por ello.
Regresa al presente, haz una inspiración profunda y quédate con esa sensación de bienestar para hacer el ejercicio que sigue:
-Hoy vas a permitirte brillar a tu alrededor.
Te vas a arreglar como si fuera el día más especial de tu vida.
Date una ducha, mientras te recuerdas la maravilla que eres. Si usas cremas o perfumes, unta tu cuerpo con ellos. Si eres mujer ponte un poco de maquillaje, peina con esmero tu pelo. Si eres hombre, acomoda tu cabello, asea tu barba. Ponte la ropa que guardas para un momento único. Escoge los zapatos más bonitos. Ponte joyas si usas. Vístete como si te fueran a regalar un premio por los años que has vivido.
–Sal a la calle así vestido. Bien arreglado, con el placer de mostrar tu mejor versión al mundo. Y si te preguntan les respondes que te has puesto así porque tienes una fiesta (que es cierto, estás celebrando tu vida, te estás celebrando a ti). Si ves que no te atreves a salir a la calle, quédate en casa, pero así, bien arreglado, un buen rato, saboreando lo bien que sienta vestirse de fiesta.
–Mírate al espejo antes de salir ¿Cómo te has sentido?
Un abrado desde mi corazón al tuyo
Mirena