Dejar ir

"Cada día me miro en el espejo y me pregunto: Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es "no" durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo". Steve Jobs

La vida es un flujo continuado de cambios, de ciclos, de idas y venidas, de síes y noes.

Cambiamos de casa, cambiamos de pareja, cambiamos de ideas, cambiamos de trabajo, cambiamos de ropa, cambia nuestro cuerpo.

Variamos de amistades, no somos iguales cuando tenemos tres años que a los cincuenta, a los setenta o a los cien.

Dejamos atrás a familiares y emprendemos viajes diversos, en esta rueda vital que nos envuelve, a lo largo de los años que transcurre nuestro caminar por esta Tierra bendita.

En algunos de esos cambios pasamos momentos duros, con sentimiento de pérdida, de abandono o sensaciones dolorosas.

Por ello es interesante prestarle atención a lo que provoca en nosotros ese cambio.

Aquí expongo varios ejercicios para que esos momentos de cambio se tornen más llevaderos.

Son perfectos para hacer cuando se acaba el año, has finalizado la relación con una pareja, vas a cambiar de trabajo, has cambiado de colegio, te cambias de casa, etc.

Puedes modificarlos según sea la temática que necesites dejar atrás, según sea el ciclo que quieras despedir.

Se trata de que juegues con las palabras y que conjugues los verbos que más resuenen en ti, usa los ejercicios a modo de ejemplo y transfórmalos para que tus despedidas sean más armónicas y llevaderas.

Ejercicio 1

Dejar ir una relación de pareja:

Soltar lo que se queda en el interior cuando ha concluido la relación es un tema espinoso. Hay muchos aspectos a observar: si hay hijos, si has dejado tú o ha sido la otra parte, si fue de mutuo acuerdo, si hubo terceras personas, si fue amistosa o quedó un trauma y no sois capaces de seguir adelante con facilidad, etc.

He creado un ejercicio muy simple, aunque puede que no sea fácil para el corazón.

Antes de realizarlo date un espacio de tiempo para asimilar la situación. Si lo haces cuando ha sido muy reciente la ruptura, puede costarte más. Deja pasar un par de semanas al menos.

Vamos allá con el ejercicio:

-Ármate con varias hojas y algo con lo que escribir.

-Encuentra un lugar tranquilo para estar por un rato largo a solas.

-Siéntate frente a las hojas, cierra los ojos por un momento. Haz tres inspiraciones profundas, sintiendo que con cada inspiración entra en ti calma, sosiego y lucidez para realizar este ejercicio; cada vez que sueltes el aire deja ir el dolor, la pena y la culpa.

-Suavemente abre los ojos y observa los papeles que tienes delante. Vas a escribir una carta de despedida, para la persona que hasta ahora fue tu pareja.

-Es una carta que NO SE ENVÍA, te la quedas tú y la guardas o la tiras luego, haz lo que sientas.

-Volcarás en ella lo que esa relación ha dejado en tu vida. Lo que esa persona te ha aportado.

-A modo de ejemplo puedes comenzarla así:

……………………………………………………………..(Fecha completa y lugar desde el cual escribes)

“Querido/a ……………………………………………………………………….………(aquí pones su nombre completo).
Hace un tiempo que no somos pareja y me gustaría decirte todo lo que nuestra relación ha dejado en mi vida”.

Y a partir de aquí la sigues con tus palabras, prestando atención a las pautas que a continuación explico.

-Por una parte de la hoja escribe todo lo que ha sido beneficioso: las personas que has conocido, los sitios visitados, la familia que te ha aportado, si has tenido hijos, pues la bendición de haber podido engendrar hijos con esa persona, las anécdotas y las risas que se te han quedado en el corazón, las ventajas económicas que quizá tuviste, los momentos de amor, los paseos, los abrazos,…

En la otra parte de la hoja, escribe todo lo que te duele: las ausencias, los fallos, las penas, los gritos, las peleas, si las hubo, los desaires, los abandonos, la falta de dinero, la falta de honestidad, las mentiras, lo que sea que te hiciera daño den esa relación.

-Depende de ti comenzar por lo “bueno” o por lo “malo”.

-Tómate tu tiempo para realizar este acto, quizá sientas ganas de llorar, llora; puede que tengas ganas de machacar a la otra persona, coge otro papel viejo y rómpelo, descarga la ira y la rabia; quizá te apetezca un abrazo amoroso y grande, ten cerca una almohada o cojín y abrázalo fuertemente, abrázate tú a ti, rodéate con ambos brazos y entrégate todo el amor que seas capaz en estos momentos, escucha esa necesidad de darte amor.

-Escucha lo que llegue a ti, deja que afloren los sentimientos.

-Finalizadas las listas de lo que te aportó la relación y lo que te quitó, sigue escribiendo.

-Ahora le vas a contar lo siguiente, puedes hacerlo con tus palabras, te lo escribo a modo de ejemplo:

“Te doy las gracias por todo lo que he aprendido en este tiempo de relación contigo. De lo que me hizo daño aprendí que no lo quiero más en mi vida y encontraré la manera para que no esté otra vez en mi camino; de lo que me gustó en la relación me voy agradecido y encontraré la forma de que esté más presente en mi día a día.

Te perdono, o al menos voy a hacer el acercamiento al perdón, por todo aquello que hizo que me sintiese dolido. Te perdono por dejar que yo te hiciese daño y no pararme los pies, en los momentos que te dañé.

Me perdono, por haber dejado que eso feo me hiciese daño. Me perdono por lo que me hiciste y por lo que te hice. Por lo que dijiste y por lo que te dije.

Te dejo ir desde hoy, libre, tú un camino, yo otro camino. Y que si nos encontramos en algún punto de nuestro destino, seamos capaces los dos de sacar la fuerza, el valor de tratarnos con afecto y respeto, relacionándonos desde el corazón”.

-Concluido lo anterior, te despides, como si de una carta normal se tratara, por ejemplo:

“Afectuosamente
……………………………………………………………..………………….(aquí tu nombre completo y tu firma)”

-Rematada de crear, la doblas, la introduces en un sobre y le pones por fuera el nombre de la persona a la que quieres que vaya dirigida, sintiendo que todo está dicho y liberado lo que tu corazón sentía necesario expresar.

-Esta carta la puedes luego romper, quemar o guardar en una caja hasta que sepas qué es lo que quieres hacer con ella.

NO te aferres a los sentimientos, es mejor que vayas soltando cuanto antes mejor.

Es normal sentir dolor tras una ruptura, sea que te han dejado o que has dejado tú, pero no es conveniente regodearse en el sufrimiento, eso es innecesario.

Date un tiempo. Pasa página y comienza a quererte a ti, que eres lo mejor que te ha sucedido en el mundo y además la persona con la que vas a estar toda la vida.

Ejercicio 2

Para cuando cambias de casa:

Cuando nos marchamos de un hogar, ya sea voluntariamente y feliz (porque vas a un lugar más grande y mejor, porque vas a vivir con una pareja, porque te has independizado, porque has comprado tu propia casa o piso, porque vas a estudiar y te mudas para estar cerca de donde estudias, etc.) o de manera obligada y triste (por alguna circunstancia como un traslado inesperado, una separación de pareja, una ruina económica, etc), es importante escuchar lo que por tu corazón transita en esos momentos de movimientos de muebles y maletas.

Es bueno que pares un instante.

Aquí dejo unos pasos simples para que el cambio sea más llevadero.

a) Primero:

Pon las manos en el pecho, haz una inspiración profunda, recorre cada habitación y observa la casa que llamaste hogar. Quizá desde que tú recuerdes viviste ahí o puede que fuera tu lar solo durante un corto período de tiempo, no importa.

Entra en cada una de las estancias y permite que su esencia emane en tu interior, conecta con cada una de las historias surgidas en esos lugares.

¿Qué sentimientos provoca en ti ese lugar al que llamaste casa?

Si pudieras llevarte una sola cosa, ¿qué sería?

b) Segundo:

Antes de irte, plantéate si todo lo que vas a llevarte, es necesario que lo traslades a tu nuevo lugar. Revisa bien, quizá algunos objetos ya no los precisas y podrían tomar nueva vida entre otras gentes.

¿Podrías compartirlos con otros?

¿Quieres repartirlos desinteresadamente antes de irte de tu casa?

Si es así, pon en una bolsa las cosas que están deterioradas o rotas (y ya no sirven para dar a nadie) y en otra bolsa las cosas que quieres donar y regalar (porque están en buen estado). Incluso puedes tener otra bolsa en donde poner cosas que podrías vender (hay muchos logares donde se pueden vender cosas de segunda mano, investiga en tu zona y por internet).

Comparte, vende y recicla. Tira lo roto y lo estropeado. Será una forma de marcharte de una manera más feliz a tu nuevo destino y así comenzar desde la ligereza y no desde la carga de llevarte demasiadas cosas, que a veces ya no usas o no te aportan valor.

Nota: cuando realices esta acción de dejar ir las cosas, dale las gracias por haber formado parte de ti.

c) Tercero:

Agradece. Haz una inspiración profunda. Ve habitación por habitación y agradece desde el corazón. Agradece todo lo vivido en esa casa, los sueños invertidos, cada una de las comidas, la cama donde dormías, el agua que proporcionaba alivio a tu sed y limpieza a tu cuerpo, las paredes y el techo que protegieron tu ser, las reuniones que allí se hicieron con amigos o familia.

d) Cuarto:

Deja ir. Cierra los ojos, haz tres inspiraciones profundas, sintiendo que en la inspiración dejas entrar la calma y el bienestar profundo; al soltar el aire visualiza como de tu cuerpo y mente salen las tensiones que hubiera podido generar esta casa. Suelta cada una de las tristezas, cada uno de los bloqueos, de las lágrimas, penas o disgustos.

Deja ir el dolor y agradece el aprendizaje que los momentos duros vividos en la casa, han dejado en ti, hasta de los disgustos, cuando se ha transitado el duelo, se aprende.

e) Quinto:

Limpia. Organiza el espacio que queda atrás. Deja la casa lo más limpia que puedas.

Una vez que has recogido todo y has limpiado, quédate unos minutos en el silencio de tu soledad, para sentir lo que tenga que llegar, en este adiós y despídete de lo que dejas atrás, sabiendo que siempre formará este lugar parte de tu corazón.

-Ejercicio 3

Acciones para antes de terminar el año:

Antes de que se acabe el año es interesante observar lo que ha quedado por concluir.

1- Agarra un papel viejo. Tamaño folio o más grande, para que quede espacio donde escribir. Arriba, en grande, escribes: Acciones para antes de terminar el año.

2- Debajo comienza a escribir las cosas que aún tienes pendientes, lo que no llegaste a decir y quisieras transmitir, los libros que andan por casa a medio leer, terminar de pegar una estantería, mandar una carta, podar una planta, etc. Todas las acciones que quieras dejar concluidas antes de que termine el año.

3- Incluye además esto: revisar la nevera y los armarios de la cocina, tirar la comida que esté pasada y estropeada y donar la que ya no vas a comer; revisar el armario de ropa y donar, tirar, reciclar, la ropa que está estropeada, que ya no te sirva o que no usas desde hace años; limpiar el suelo y el polvo de toda la casa.

4- Acabada de hacer la lista, revisa lo escrito. Mira si puedes terminar de hacer algunas de las tareas que te habías propuesto, como terminar un libro, coserte el botón de una ropa, acabar una tarea que tienes a medias encima de la mesa. Si eres capaz, termínala, si no te interesa más, deja que se marche. Regala ese libro que ya no quieres leer, dona esas telas que no vas a usar, o ponte unas fechas para concluirlo. Pide ayuda a alguien si la necesitas, pedir ayuda nos alivia y aligera el camino.

Comienza a hacerlo. Elimina de la lista todo lo que puedas.

Se trata de aclarar, liberar, soltar, limpiar lo que no se hizo durante el año, y que quizás abarrotaba tu puerta, sin dejar espacio para que entrara la brisa fresca de la felicidad.

Todos podemos compartirnos, mientras vamos caminando en esta senda que es el camino de encontrar nuestro propósito de vida.

Aquí te dejo un pequeño vídeo que quizá ayude en los momentos de cambio. Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo o suscribirte al canal. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí:  Con las Manos de Mirena

Para que un cambio se produzca hay que tomar acción. Agradece cada cambio y transforma tu vida.

Sé que eres muy valiente. Atrévete a dejar ir. No digo que sea fácil, aunque puede proporcionar una calma y un sosiego muy agradables.

Abrazos de corazón.

María José Malleiro Zorzano

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