El cuidado del cuerpo y de la salud nos lleva por intrincados recorridos: médicos, especialistas, medicamentos, cirugías, etc. Sin embargo, hay tratamientos sencillos que mejoran algunas afecciones leves.
En la universidad de Santiago de Compostela, la Cátedra en Hidrología Médica, posibilita el desarrollo de actividades complementarias en la docencia y la investigación de la Facultad de Medicina. Se abren cada día más caminos y pruebas para descubrir nuevas formas de curar, que no impliquen tantos medicamentos.
El agua de mar, de manantial, de balneario, o un simple chorro en la ducha, son un magnífico aliado a nuestro favor.
Se calcula que el cuerpo humano está compuesto entre un 60% 70% de agua, que en su mayoría tiene una proporción de minerales idéntica al mar.
La cantidad de agua que hay que beber varía de una persona a otra, dependiendo de sus circunstancias. De si es un niño, un anciano, un enfermo del riñón (que pueden necesitar más hidratación), de si vive en una zona fría o calurosa, de si hace mucho ejercicio, o su vida es más sedentaria.
Antiguamente se decía que había que beber entre litro y medio y dos litros al día; luego salieron estudios que decían que, si uno está sano y el médico no dice lo contrario, hay que beber cuando se tenga sed y tener en cuenta que la hidratación llega además de por el agua, de los alimentos que se ingieren (como frutas, hortalizas, sopas, etc) que también contienen agua.
En todas las épocas se ha utilizado el poder del agua para recobrar la energía y la vitalidad, sobre todo el agua de mar y algunas aguas de manantiales. Griegos, romanos, árabes, egipcios, cualquier cultura antigua, entre sus restos, guarda remedios con agua.
La hidroterapia y sus beneficios para la salud son indiscutibles. Una persona que tiene el organismo agotado o desequilibrado puede recuperar parte de su armonía con tratamientos de agua.
Existen muchas clases de aguas dependiendo de las propiedades físicas del medio que la rodea (frío, calor), de los minerales que hay disueltos en ella, del caudal que tenga, de si nace de la montaña, de un pozo en la tierra, si es de río o de mar, etc.
Hay variedades de tratamientos, aquí voy a exponer tres grupos: Balneoterapia, Talasoterapia y los Spas. Es importante tener en cuenta estas diferencias. Los tres reportan el beneficio de la terapia que hagas con el agua, solo balneoterapia y talasoterapia usarán aguas con unas propiedades medicinales.
Talasoterapia:
Es una terapia usada desde la antigüedad, donde utilizan tanto el agua de mar, como algas, lodos, arena o el plancton en los tratamientos. Aprovechando el clima marino para que surta más efecto.
El término nace de dos palabras griegas: THALASSA, mar y THERAPEIA, tratamiento o curación.
Un centro de talasoterapia debe contar con un médico especialista que revise tratamientos e instalaciones y estar cerca del mar, para usar el agua extraída en los tratamientos.
Algunas prestaciones de los Talasos: Duchas generales o a chorro, pulverizaciones e inhalaciones, saunas, baño turco, baño de agua de mar caliente o fría, hidromasajes, masajes con algas o lodos, tratamientos faciales con vapor de agua, algas, lodos, etc.
Un centro de estas características puede estar integrado en un hotel o ser un centro al cual vas a realizar los tratamientos y te vas luego a tu casa.
El clima marítimo estimula todas las funciones del organismo, debido al sol, vientos y atmósfera. También posee acción sedante (sobretodo en lugares cálidos), debido a los iones del aire. El efecto beneficioso perdura en el tiempo, más allá de los días que se permanece en este ambiente, aumentando las cantidades de glóbulos blancos de la sangre.
Balneoterapia:
Es una especialidad médica reconocida en España. En algunos países está incluida en la sanidad pública. Se trata de curar mediante el agua, aprovechando los componentes que tiene cada tipo de agua medicinal.
En ella se usan los beneficios de las aguas mineromedicinales, en baños directos o por ingesta. Se opta por aguas naturales sin tratar y recogidas a pie de manantial. La utilidad terapéutica de un agua ha de estar avalada por el Estado mediante su declaración de Utilidad Pública y de agua minero-medicinal. Pueden ser aguas cloruradas, sulfatadas, bicarbonatadas, oligometálicas, ferruginosas, etc.
Un balneario puede estar integrado en un hotel o ser un centro al cual vas a realizar los tratamientos y regresas luego a casa.
Es necesario que haya un médico que revise las instalaciones y los tratamientos a ofrecer.
Algunas prestaciones de los Balnearios: Duchas generales o a chorro, pulverizaciones e inhalaciones, saunas, baños de barro, ingesta de vasos de agua, baño de agua de la temperatura que tenga el agua (a veces la tienen que enfriar un poco por lo caliente que sale), hidromasajes, masajes, tratamientos faciales con vapor de agua, algas, etc.
Centro de Spa:
Un centro de estas características es un establecimiento, no sanitario, donde no hay obligación de que haya revisión por un médico (aunque pueden tenerlo), donde se ofrecen técnicas de hidroterapia utilizando agua de la red general de agua pública, para fines de bienestar, relajación y belleza. Estas aguas pueden estar tratadas a mayores para conservarlas en mejor estado, o no tener ningún componente más y ser como el agua que sale del grifo de tu casa.
Algunos están integrados en un hotel y otros ofrecen tratamientos aislados y luego te vas a tu casa.
Algunas prestaciones de los Spas:
Piscinas de agua caliente con chorros de variada potencia y funciones, saunas, masajes, tratamientos de belleza, baño turco, duchas a presión, hidromasajes, recorridos termales por piscinas de diferentes temperaturas, etc.
Nota: Alguno de los datos que aquí expongo puede haber variado, desde que yo lo leí y busqué en los diferentes lugares de donde saqué la información, hasta hoy. Extraje una pequeña parte de la información del manual grauito: “Cómo cura el mar” de Manuel Núñez y Claudia Navarro
Si tienes cualquier herida, dolencia o enfermedad consulta siempre a tu médico antes de ir a hacer cualquier tipo de tratamiento.
Abrazos de corazón.
Mirena
