El Universo es generoso,
nos acerca cada día perlas y milagros,
para que podamos levantar la mirada
y obremos en consecuencia de lo que nos llega.
Alguna vez el viento lleva risas,
pues habrá que reír;
otras veces lo que nos trae son penas,
es tiempo de llorar.
La vida conspira a nuestro favor,
si le damos la oportunidad, ella,
en su infinita sabiduría,
nos ayuda.
El único requisito
es que la escuchemos,
que observemos cuál es el mejor camino,
qué puerta es la correcta.
Hemos de mirarnos en positivo,
tratarnos bien,
así ella, la vida,
sabrá que somos valiosos
y querrá tratarnos
como nos tratamos nosotros mismos,
bien.
No somos los dueños de nadie,
no permitiremos que nadie
se crea que es nuestro dueño.
Aprender a amarnos es
el mejor regalo que podemos hacernos,
el mejor legado que hemos de dejar,
aquí en La Tierra,
cuando nos vayamos.
Reflexionemos
sobre nuestras relaciones,
sobre cómo nos tratamos,
cómo tratamos a los otros.
Vivamos libres,
juntos, aunque libres,
con esa libertad que produce
el viajar al lado del otro,
sabiendo que puedes vivir sin él,
aunque decides vivir a su lado,
porque el camino en compañía
es mucho mejor.
Y cada vez que nos caigamos,
nos preguntaremos,
¿para qué?
Y nos daremos cuenta
de que somos capaces de levantarnos,
que todo pasa,
que eso también pasará,
en un ciclo de vida constante,
hasta que llegue la muerte.
Ella,
la muerte,
según muchas culturas,
es un simple trámite
hacia otro estado del ser,
así que también pasará.
Ella,
también pasará,
dejando una vía abierta
a otra nueva vida.
El Universo es generoso,
nos acerca cada día perlas y milagros,
para que podamos levantar la mirada
y obremos en consecuencia de lo que nos llega.
Todo pasa.
Esto también pasará.
Un abrazo de corazón
Mirena
