Imagina que puedes
Sé que muchas son las personas que nos encomian a hacer ingentes esfuerzos para lograr más allá de lo imaginable.
Cada vez más terapias y profesionales de la mente y el cuerpo dicen que si visualizas, si imaginas, si piensas, si sientes, si rememoras, si pones empeño, si pones sentimiento, lo puedes lograr.
Aunque este tipo de acciones sería bueno que viniera con un asterisco, pues no todo lo que quieres se puede.
No puedes ser de pronto 20 centímetros más grande en tamaño de lo que ya eres. Si mides un metro y medio, de pronto no vas a medir un metro setenta.
Por mucho que quieras.
No puedes hacer que vuelva a la vida una persona querida. El cuerpo humano no puede revivir después de llevar fallecido un tiempo.
Por mucho que quieras.
No puedes quitarte quince años, de un día para otro, ni siquiera haciéndote operaciones o llevando la más estricta de las dietas o cuidados.
Podrás aparentar más salud y podrás sentirte más flexible, ágil y feliz, pero de tu documento de identidad no vas a sacarte quince años (a no ser que hagas trampas, claro).
Por mucho que quieras.
No puedes conseguir que una persona se enamore de ti. El amor es algo que no nace por obligación. Aunque te vistas de rosa, verde o azul, aunque te cambies el pelo, aunque te cambies de ciudad o inventes el artilugio más increíble y osado del mundo.
No podrás hacer que otro ser se enamore de ti, pues el amor no se compra. El amor verdadero, es espontáneo y libre, nace de forma sincera. Nadie puede obligar a otro a amarle.
Por mucho que quieras.
Así podría seguir con una interminable lista de ejemplos, aunque creo que con los que he puesto, te haces a la idea de lo que pretendo explicar.
Pues bien, sabido lo anterior, creo que sí que se puede mejorar la vida, con una buena predisposición.
Si nos movemos por el camino con ganas de superarnos, con ánimo de lograr un poquito más, un pelín de mejor vida, un poco más de confort, una pizquita más de gratitud, un grado más de bondad, un granito más de arena en el saco de la alegría y esperanza,… si vamos así, abriremos la ventana a que se acerquen a nosotros más oportunidades de brillar, más opciones para lograr una vida más parecida a lo que soñamos.
Conste que no me refiero a que todo vaya a ser fácil o de color de rosa. Simplemente que habrá más números dentro del bombo, para que nuestro boleto resulte el ganador.
Esto del “buenismo” (que viene a decir hay que ser siempre buena persona, que todo está bien y que todo se puede lograr si quieres) ya me parece un poco cansino.
A veces las cosas no funcionan, hay que sacar las uñas y defenderse; a veces hay que decir no y poner límites, de una manera no tan agradable; a veces se pierde y te frustras y lo gestionas como puedes; a veces el cuerpo y el alma duelen.
Hay días en los que el dolor duele tanto que necesita más escucha de lo que habitualmente.
Es importante aprender a gestionar las emociones y no poner las miras en un lugar lejanísimo o en unas metas desproporcionadas.
Con pasitos de bebé se va logrando poco a poco, mucho de lo que deseas, aunque no todo.
Lo anterior no está para nada reñido, con visualizar, decretar o imaginar un mundo mejor, en un futuro cercano o lejano.
Si te das permiso para fallar, para tener paciencia, para confiar en el proceso y para ser benevolente contigo, quizá lo logres.
Me gusta esa frase de “el que la sigue la consigue”. No tienes que conseguir exactamente lo que inicialmente te habías propuesto, pero el camino recorrido, va a llevarte a un puerto, quizá no sea el que aguardabas, aunque sí será diferente al que estabas en un principio.
El movimiento genera cambios.
Con pequeños pasos, poco a poco, piedra a piedra, paso a paso, un pie detrás del otro, una capa tras otra, aparecerán las soluciones, las oportunidades, los «milagros» que atraigan los sucesos precisos, para que se haga realidad aquello que tuviste en el pasado como objetivo, intención o meta.
Esos pasos, abrirán puertas y ventanas, atraerán nuevas situaciones, que a lo mejor no son las que tú buscabas, simplemente serán otras.
Esta es la «buena suerte» de la que hablan en su libro Álex Rovira y Fernando Trías de Bes. Un libro llamado precisamente así: «La buena suerte», que invoca a las personas a labrarse su propio camino, su propio destino, a base de constancia, perseverancia y movimiento.
¿Y si lo distinto es más bueno que lo que tú pedías inicialmente?
Quién sabe.
Así es la vida, sorprendente.
Ponte conmigo a imaginar.
Lleva tu imaginación más allá de los límites que puedas abarcar, a lugares recónditos, desconocidos y lejanos, a los que no te atreves a acceder, pues crees tan irreales que ni tan siquiera osas pensarlos.
Imagina que aquí y ahora te proporcionase una herramienta con la cual poder lograr llegar a esos sitios, que te entrego la llave de la VIDA y abre todo el abanico de posibilidades que habitan este mundo y todos los mundos que nos quedan por conocer.
Podrías acceder a las más avanzadas tecnologías, los más punteros medicamentos, la inteligencia que todo lo abarca.
Cambiar los lugares del planeta que se han convertido en secarrales, transformarlos en fructíferos oasis, colmados de bendiciones, sustento y sombra; achicar el agua de pantanos inhóspitos, aprovechando su potencial, convirtiéndolos en verdes prados salpicados de árboles frutales con rico alimento.
Atrévete a explorar, imagina que tienes acceso directo al vientre de tu madre mientras tú te estabas formando en su interior y puedes observar cómo es la vida intrauterina.
Imagina que eres el alma de la fiesta, el que da la conferencia, el que expone en la reunión, el que compone las historias, canciones o poemas, que lees en los libros de la biblioteca.
Imagina que con una aportación tuya el planeta recuerda que hemos venido aquí a aprender, que ésto es una gran escuela, donde chicos y grandes, nos graduaremos de la materia más esencial del mundo: el amor.
Imagina que ya no importan las razas, ni el dinero, ni las formas que cada uno tenemos, lo importante es lo que somos, lo que llevamos en nuestro corazón.
Imagina que eres capaz de decirle que le quieres, y responde que también te ama a ti.
Imagina que eres un gran cantante de ópera, reconocido mundialmente y das espectaculares conciertos; o un actor de renombre mundial, que va de gira por Norteamérica y Europa.
Imagina que has desarrollado todas las virtudes que traes en esa mochila que es tu cuerpo y tu vida, y las usas para tu felicidad y la felicidad del que te rodea.
Imagina, que has aprobado las oposiciones y te ha tocado un puesto al lado de casa, con unos compañeros estupendos y un fabuloso sueldo.
Imagina que con esa llave accedes a la pócima que barre las enfermedades, el hambre, la miseria o el miedo.
Imagina que tienes la puerta mágica de los dibujos y puedes transportarte con ella a todos los lugares del planeta entero.
Imagina…
¿Qué imaginarías tú si te dieran la llave que accede a tu vida y pudieras usarla para bien?
Bueno, imaginar está bien, ahora, ponte en acción, pulsa el botón de «la buena suerte» y comienza a caminar hacia ella.
¿Te atreves a cambiar tu vida?
Aquí dejo un ejercicio para facilitarte el proceso de manifestar lo que deseas:
1– Escribe en una hoja cinco cosas que quieres lograr, cinco puntos que consideras que estaría bien incorporar en tu vida para enriquecerla de una manera nutritiva.
Por ejemplo: Una pareja, una casa, un choche, un trabajo, un hijo, un cuerpo saludable, amistades duraderas, vacaciones por todo el mundo, disponer de una cantidad de dinero en el banco, donar un porcentaje de tus ingresos mensuales a beneficencia, crear una asociación para ayudar al planeta,…
2– Debajo de esta lista anota, con mucho detalle, la razón por la que quieres conseguir esto. Anota cómo te vas a sentir cuando lo hayas logrado, cómo se sentirán las personas de tu alrededor cuando tú lo hayas conseguido y en qué beneficiará al mundo que tú lo obtengas para tu vida.
Por ejemplo: Si has anotado que quieres tener una pareja, puedes poner que la quieres para gozar de la vida juntos, para salir a ver las puestas de sol, para ir de vacaciones con ella, para abrazaros en los buenos y en los malos momentos, para apoyaros en vuestros respectivos proyectos, para crecer a la par, para poder criar un bebé y verlo crecer, para compartir experiencias de vida, para compraros una bonita casa con jardín y piscina y disfrutarla con amigos y familia,… (pones aquí todo lo bueno que se te ocurra, que no dañe a otras personas).
Esto te beneficiaría a ti en que estarías con más alegría y vitalidad, con mejor humor, con más ganas de realizar proyectos y tratarías mejor a la gente que te rodea, por tu entusiasmo y serías ejemplo para las personas que te acompañan, porque sabrán que sí se puede lograr lo que se imagina, y tu familia al verte feliz se sentiría segura y tranquila y también tu mascota se sentiría bien, porque la sacarías más a la calle y la acariciarías con más bondad. Hasta la asociación a la que donas a veces, se vería afectada para bien, porque al estar más feliz, trabajas con más alegría y ahínco y generas más dinero, del cual donas más a esta asociación benéfica para niños abandonados.
3– La siguiente parte del ejercicio consiste en escribir qué pasos vas a dar para lograr cada uno de los puntos que has anotado. Qué acciones pequeñas, medianas o grandes, vas a atreverte a dar para que eso que tú quieres que se manifieste en tu día a día, suceda. Anota lo que se te ocurra, por raro o extravagante que parezca, quién sabe si detrás de esa extravagancia aparecerá la solución, el milagro, la vía para conseguir lo que deseas.
Ejemplo: si has elegido que quieres una pareja, puedes comenzar a ir a lugares donde pueda haber personas que tengan esos intereses y gustos que tú esperas encontrar en la persona que quieres que sea tu pareja. Pregúntate qué restaurantes, cines, parques o tiendas frecuentará tu amor imaginado y ve a ellos. Otra forma es anotarte en las páginas de citas que ahora tanto proliferan y dejar claro que tu intención es una relación seria, no solo ligar. Otra manera es comentarle a tus amistades y familiares que estás en disposición de encontrar pareja, que te presenten a otras personas que conozcan ellos que estén en la misma disposición. Otra forma que se me ocurre aquí, a modo de ejemplo, es que te anotes a vacaciones para solteros, donde podrás conocer a personas que están en tu misma situación. También puedes anotarte a cenas sorpresa, que organizan más o menos para la misma función, descubrir gente con ganas de conocer a otros.
Se trata de que te muevas, de que le digas a la vida, de todas las maneras posibles, que ha llegado la hora de encontrar una pareja.
4- Ahora ha llegado el momento de la honestidad. Ve a mirar cada una de los cinco puntos que has anotado, pon las manos en tu corazón y pregúntate cuánto de veras lo quieres y cuánto de veras crees que mereces que eso llegue a tu vida.
Ponle un número, del uno al cinco, a cada uno de los puntos que has anotado anteriormente. Uno va a significar que no crees para nada que lo mereces, y cinco será que sí lo mereces cien por cien. Si has anotado tres o menos de tres en alguno de los puntos, tocará revisar ese merecimiento.
A veces creemos que queremos algo, pero por dentro, sentimos que no lo merecemos. Aquí entonces hay que pararse a revisar y cambiar.
Va a tocarte, durante un mes, comprometerte contigo, para colocar el nivel de merecimiento, en una posición más elevada. Cada vez que pienses que eso es imposible, cambia el pensamiento que pasa por tu mente. Dile a tu mente que, aunque ahora puedas pensar que no es posible, vas a lograr creer que sí.
Ejemplo: si lo que quieres lograr es una pareja, y sientes que no mereces una pareja porque no estás en forma o no sabes inglés (las dos primeras cosas que se me han ocurrido, pon tú aquí las razones), dices:
«Hoy siento que no merezco una pareja por…………………(aquí anotas tus motivos)………… aunque sí que merezco esa relación y sí sé que cada día me siento mejor al respecto, sé que cada día me acerco más gozar la vida con una pareja amorosa y……………… (aquí anotas los atributos que le pides a tu pareja imaginada). Doy las gracias porque ya se está convirtiendo en realidad».
Esto lo haces con cada uno de los puntos que estén flojos, si les has dado tres o menos. Si quieres puedes hacerlo con todos, así refuerzas tu merecimiento.
Repítelo cada día, durante una semana, para que sientas que tu merecimiento va creciendo.
Y cada vez que tu mente te diga que no lo mereces, le paras los pies y dices que sí que mereces eso.
Una semana después, al acabar de hacerlo, vuelve a preguntarte el grado de merecimiento que sientes sobre ese punto.
Ten paciencia, sé benevolente contigo.
Nota: si ves que no hay manera de sentir merecimiento, a lo mejor vas a tener que bajar un poco las expectativas de lo que solicitas. Si no terminas de convencerte de lo que pides, baja un poco el nivel de exigencia. Si, por ejemplo, has pedido más dinero en el banco, escribe unos datos que sean creíbles para ti, no comiences poniendo que en el banco dispones de 5 millones de euros, si ahora apenas hay 100 euros en tu cuenta corriente. Puedes anotar que en el banco dispones de cinco mil euros, que es una cantidad quizá más real para ti. Cuando la consigas, subes de nuevo la cifra, si ya tienes esos cinco mil, imagina ahora que en el banco hay quince mil, y así subes, hasta llegar a esos cinco millones de euros que querías al principio. ¿Comprendes lo que quiero decirte? Se trata de compartimentar en pequeños pasos la meta, en pequeños logros que te acercarán al objetivo final.
5– Seguimos, seguimos…. Después de haber revisado tu merecimiento, comienza un ejercicio de un mes.
Cada día al levantarte vas a visualizar eso que quieres que se manifieste en tu vida. Vas a conectar con el merecimiento.
Cuando te levantes, ponte de pie, sintiendo un agradecimiento profundo por la vida, por el acto que vas a realizar. Ponle toda la emoción de bienestar que puedas lograr.
Haces tres inspiraciones profundas, a tu ritmo y vas conectando con este sentir, con este merecer.
Si puedes acercarte a una ventana, para sentir la luz, mejor.
Extiende tus brazos y mantén tus piernas abiertas y comienza a agradecer que eres capaz de…….. (aquí dices las cinco cosas que has anotado). Puedes leerlo de la nota, hasta que te lo aprendas de memoria.
Ejemplo:
a- «Soy capaz de vivir feliz con una pareja, nos queremos y apoyamos mutuamente, es una pareja con la que me siento bien, que tiene unos ideales parecidos a los míos y con la que viajo por todo el mundo en vacaciones preciosas. Lo merezco, lo manifiesto ahora.»
b- «Soy capaz de vivir junto a mi pareja y mi hijo, feliz en una casa propia, con jardín, piscina y buenas vistas. Lo merezco, lo manifiesto ahora.»
c- «Soy capaz de cobrar un sueldo de ……… (tanta cantidad o más)……. por realizar un trabajo al lado de casa, en el que me siento feliz y que me permite conciliar mi vida laboral y familiar. Lo merezco, lo manifiesto ahora».
d- «Soy capaz de comer bien y estar saludable, flexible y ágil, aparentando 10 años menos. Lo merezco, lo manifiesto ahora.»
e- «Soy capaz de relacionarme con amistades divertidas y cariñosas, con las que me junto para ir de vacaciones, para pasar fines de semana, para jugar a juegos de mesa o comer, y con las que me siento segura y feliz. Lo merezco, lo manifiesto ahora.»
Esto son solo ejemplos, redacta tú lo que mejor te convenga, lo que se adapte a tus circunstancias.
Al terminar de decirlo siente que ya está, que ya lo has hecho, que ya la VIDA te ha escuchado.
6- Pide ahora una señal, para que sepas que estás en el camino correcto, pide que la VIDA te mande una señal sorprendente, inequívoca y maravillosa, que te haga entender que es posible, que ya estás en el camino. Que envíe una señal de manera sorpresiva, en el momento menos esperado y de la forma más increíble. Una señal que seas capaz de notar y de comprender.
Y agradece de corazón.
7- Cada día, durante un mes, dices esto por las mañanas, sintiendo que ya se ha materializado.
Al acostarte vuelves a visualizarlo en tu mente, pones las manos en tu pecho y das las gracias por lo bueno que ya está llegando a tu vida y comprometiéndote a recibirlo con alegría, cuando llegue.
Recuerda pararle los pies a la mente cuando quiera sabotearte. Sé constante, repite que sí puedes, que mereces, que eres capaz de recibir eso que imaginas.
Que la «buena suerte» te acompañe en el proceso.
Aquí te dejo un video donde lo explico de manera detallada, para que resulte más comprensible el proceso. Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo o suscribirte al canal. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí: Con las Manos de Mirena
Propongo que escuches una canción alegre para este momento, alguna que no tenga legra y te guste. Por ejemplo cualquiera del grupo “Trópico de Grelos” donde toca mi amiga Cristina y que te dan vida y llenan de alegría y movimiento.
https://soundcloud.com/tr-pico-de-grelos
Abrazos de corazón.
María José Malleiro Zorzano