Saborear la vida

"Si un problema parece difícil, relájate. Si parece imposible, relájate aún más. Entonces empieza a fomentar pequeños cambios, presionándote lo justo para dar un paso de tortuga hacia adelante. Luego descansa, saborea, celebra. Luego, vuelve a dar un paso. Descubrirás que lo lento es rápido, lo suave es poderoso y la quietud mueve montañas". Martha Beck.

Hace poco, Juan, el marido de una prima de mi madre, hubiera estado de cumpleaños. Digo hubiera, porque ya solo forma parte de los recuerdos que se acumulan en nuestro corazón y nuestra esencia.

Juan se fue con sesenta años, con muchas experiencias por vivir, muchos abrazos, sonrisas y sorpresas por compartir. Hoy he decidido dedicarle este artículo. Porque él ya no puede saborear la vida, al menos una vida corporal como la conocemos.

Creo que es importante gozar del máximo número de instantes posibles. Aprovechar cada amanecer y atardecer, rebozándonos en las luces y sombras, sorteando emociones y sentires. Alegrarnos, entristecernos, deslumbrarnos, apagarnos y experimentar.

Todo deja un aprendizaje, lo que consideramos “bueno” y lo que consideramos “malo”.

Todo forma parte de la vida.

No solemos darnos cuenta de la suerte que tenemos, hasta que la suerte parece no querer acompañarnos, hasta que la plenitud o la felicidad se esfuman por la ventana o se diluyen por debajo de la puerta, como si se tratara del humo de una chimenea.

Dicen que si no pierdes algo que es útil para ti, no te das realmente cuenta de lo que lo apreciabas. Como ejemplo tenemos el apagón que sufrimos en España hace poco, que nos hizo recordar la importancia de tener energía eléctrica.

Vivir es una suerte.

Vivir el día de hoy, el momento presente, este momento, es una oportunidad única. NO se va a repetir nunca, de veras. Nunca vas a poder sentir este momento de nuevo, porque en cuanto escribo “este momento”, el momento ya pasó a formar parte del pasado.

Normalmente nos olvidamos de agradecer a la vida: que podemos levantarnos, comer, hablar, leer, reír, comunicarnos, abrazar, besar, dar, recibir, pasear a la mascota, ir a un trabajo, estudiar,…

Aprovecha hoy para dar las gracias por todo lo bueno que tienes a tu alrededor y, sobre todo, por tener vida. Muchos seres humanos ya no están vivos, así que es un milagro que tú sí.

Deja de leer un instante, pon las manos en tu pecho, inspira profundo y ¡agradece!

Agradece la vida que te rodea y te envuelve.

Saborea la vida.

¿Qué es saborear la vida?

Para cada persona será diferente.

A mí puede gustarme mucho pasear por la naturaleza y «saboreo» cada momento que paso en el campo o en la orilla del mar. Sin embargo, a otra persona a lo mejor le va más perderse entre las tiendas de un centro comercial, tirarse en paracaídas o hacer ropa de punto.

Para gustos hay colores.

En España hay más de 46 millones de humanos, cada uno con sus ideas y preferencias, imagínate lo que cada uno podrá decir que es para él «saborear la vida».

Ya no entro a comentar nada de los más de 8 billones de seres que habitamos este planeta.

Según www.lamesahabla.com, «los cinco sabores primarios del gusto son dulce, salado, amargo, ácido y umami (potenciador del sabor natural)«. Al parecer «el ser humano está más predispuesto hacia los sabores dulces que hacia los picantes o los amargos. Mucho tiene que ver la glucosa que contienen, con la que obtenemos un mayor rendimiento energético. Pero esa predisposición natural cambia dependiendo donde nos hayamos criado los primeros años de nuestra vida, ya que esa etapa será fundamental para determinar cómo serán nuestros gustos futuros».

Puedes encontrar el artículo completo aquí: https://lamesahabla.com/sabores-primarios-gusto/

Aquí puedes encontrar otros artículos que hablan sobre los sabores:

-https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-de-sabores

-https://comococinarocomer.com/cuales-son-los-5-tipos-de-sabores/

-https://www.ajinomoto.com/es/umami/why-is-umami-important-to-us

Vivir con felicidad requiere una combinación de actitudes y prácticas que nos permitan aprender de lo que sucede a nuestro alrededor, descubrir las pequeñas (y grandes) cosas que ya tenemos y superar los obstáculos que puedan acontecer en el transcurso del caminar diario.

Aquí te presento algunas sugerencias para lograrlo:

Disfrutar del momento

  • Practicar la gratitud: Dar las gracias cada día. Reflexionar sobre lo bueno que ya tienes a tu alrededor: personas, cosas, experiencias y situaciones positivas. Te ayudará a apreciar la vida y a enfocarte en lo positivo.
  • Enfocarte en el presente: En lugar de preocuparte por el pasado o el futuro, intentar disfrutar del momento presente y apreciar las pequeñas cosas del aquí y el ahora. Está bien recordar lo que aconteció en el ayer, para superarte, para emocionarte un ratito, sin entrar en obsesiones. Lo mismo sucede con el futuro, es interesante planificar, poner el foco en alguna meta, sin que te entre la ansiedad por lo que vendrá.
  • Conectar con la naturaleza: Pasar tiempo en la naturaleza puede ayudarte a apreciar la belleza y la complejidad del mundo que nos rodea. Sentir el sol en tu piel, la brisa en tu cara, observar a las plantas, a los animales, darte cuenta de que la naturaleza es un milagro.
  • Atender tus sentimientos: Entender que no siempre tienes un buen día, que a veces andas sin ganas de nada y permitir que el enfado, la pena o el desasosiego tengan cabida en ti y en los que te rodean. Encontrar un lugar para quedarte a solas y gestionar de la mejor manera todo este malestar o pedir ayuda para superarlo en compañía, es necesario y saludable. No siempre las cosas salen bien, ni andas en tu mejor momento. Atiende a tus sentimientos.

Superar Obstáculos y Limitaciones

  • Desarrollar resiliencia: La resiliencia es la capacidad de superar los obstáculos y las dificultades. Puedes desarrollarla practicando la autocompasión, aprendiendo de tus errores y enfocándote en las soluciones en vez de en los problemas.
  • Establecer metas realistas: Establecer metas realistas y alcanzables puede ayudarte a sentir más seguridad y confianza en ti. No quieras empezar la casa por el tejado, comienza por la base y date cuenta de que todo lleva su ritmo. Además que no hay nadie que vaya a la misma velocidad exacta que los demás. Esto es como cuando vas por la carretera, todos los coches están rodando en el mismo camino, pero cada uno va en el suyo, ninguno se solapa con el de al lado, porque si no se chocan y provocan un accidente.
  • Trabajar con ánimo: Realizar las tareas que toque, con ánimo, sean cuales sean, ponerle ganas. Sé que muchas veces no apetece trabajar, ni limpiar, ni hacer las cuentas de la empresa, ni atender a los clientes, cuidar a los animales de la granja, encofrar, ponerte delante del ordenador o lo que sea que hagas cada día en tu trabajo. Lo sé. Pero si te toca hacerlo, ponerle un poco de ganas, ayuda a que sea más llevadero. Si lo haces de mala gana perderás más energía. Tú decides.
  • Buscar apoyo: Pedir ayuda cuando la necesites. Solicitar el apoyo de amistades, familiares o profesionales cuando no sepas solucionar algún asunto. Aceptar que somos humanos y que no podemos con todo, es un acto muy sabio.

Cultivar la Felicidad

  • Practicar la autocompasión: Ser amable contigo, perdonar tus errores. Recordar que de todo se aprende. Todas las personas cometemos errores. La vida es perfecta con sus imperfecciones.
  • Fomentar relaciones positivas: Juntarte con personas que aporten valor, que no resten: amistades, familiares, vecinos, compañeros de trabajo,… Rodearte, cada vez más, de seres con los que te rías, de los que aprendas, con los que sientas fortaleza. Apartarte poco a poco o estar lo menos posible con personas que no te valoren, que sean constantemente negativas y dañen tu corazón.
  • Encontrar actividades que te gusten: Encontrar actividades que te gusten y te hagan sentir bien, ya sea leer, caminar, pintar, cocinar o cualquier otra cosa. Pregúntate con qué goza tu corazón y camina a su encuentro.

Apreciar la Suerte de Haber Nacido

  • Reflexionar sobre la vida: Sentir la suerte que tienes de respirar cada día. Con la de personas que mueren, tú, ¡estás viva!, puedes leer este artículo, notar el aire en tu cara en un día de viento, pensar, comer, moverte,… ¡qué suerte!
  • Apreciar las pequeñas cosas: Apreciar las pequeñas cosas de la vida, como una caricia, un amanecer, un beso o un paseo por el parque, puede ayudarte a sentirte en conexión con el mundo.
  • Parar un instante a meditar: Meditar un rato cada día, al levantarte o al acostarte. Quedarte un par de minutos en silencio, contigo, escuchando sentimientos, pensamientos, el latir de tu corazón, pueden ayudar a que aprecies el momento presente y que entiendas la suerte que tienes.

Saborear la vida y vivir con felicidad requiere una combinación de actitudes y prácticas que te permitan disfrutar y superar los obstáculos, aprendiendo de tus limitaciones. Implica experimentar un sentimiento de bienestar y satisfacción que se asocia con experiencias positivas, conexiones significativas y logros personales. Aunque también se puede ser feliz en momentos complejos, pues puedes entender que tras esta época llegarán momentos más fáciles.

Muchas personas ya no podrán vivir el presente ni gozar de la vida, porque han fallecido o están en alguna cama ancladas a una enfermedad terminal que les impide moverse o sentir nada. Pero tú, que me lees, al otro lado de esta pantalla, estás a tiempo de cerrar el ordenador, la tablet o el dispositivo desde el cual te conectes a mis palabras, abrir la ventana y gritar ¡gracias!

Bueno, vale, si te da vergüenza, puedes decirlo en voz bajita.

Tú, estás a tiempo de saborear la vida.

¿Qué te lo impide?

¿Quién te lo impide?

Comparto estos vídeos creados por mí, para que sientas bienestar y calma:

Me haría mucha ilusión que dejaras algún comentario bonito en los vídeos. Compártelos con personas a las que creas que les puede ser útil y suscríbete a mi canal si quieres seguir las meditaciones y relajaciones que voy subiendo.

Para entrar en mi canal puedes pinchar aquí: https://www.youtube.com/@conlasmanosdemirena/featured

Vive, hoy, ahora, no sabes lo que va a suceder mañana.

Abrazos de corazón.

María José Malleiro Zorzano (Mirena)

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