Me pierdo en la nada

¿Qué es el hombre dentro de la naturaleza? Nada con respecto al infinito. Todo con respecto a la nada. Un intermedio entre la nada y el todo. "Pensamientos" (1670), Blaise Pascal

Me diluyo en la nada. Nada soy. De la nada vengo. Hoy no me apetece hacer nada. A la nada voy, sin invertir ni esperar eso mismo: NADA.

Me doy cuenta del esfuerzo que provoca en mí la tarea de agradar siempre a los demás. Reminiscencia recurrente de mi cansina compañera de camino: la falta de estima.

No quiero más de eso, no deseo que los demás «tengan que» quererme o «me deban» aprobación alguna. Bienvenida la bendita libertad.

Que me quiera, ame o siga el que le apetezca. Al que no le agrade, que no mire. Seguiré haciendo y compartiendo lo que me nazca del corazón y lo que mi alma hable. Procurando dar mi mejor parte al mundo, a mi familia, a mis amigos, a mis conocidos, a ti que me lees, a todos.

Cada día me gusta más ir a mi aire, con mi estilo propio.

He descubierto que mi estilo es libre, un “sin estilo”, sin modas, sin seguir a nadie. Me encanta ser única, irrepetible, distinta, rara, estrafalaria, estrambótica, excéntrica, extraordinaria, extravagante, singular, insólita. Cada día me gusta más ser “Yomisma”**.

A partir de ahora voy a ser mi mayor seguidora, mi mejor fan, mi admiradora más honrada, mi más fiel adoradora, mi mejor amiga.

Si no me quiero yo, ¿qué puedo esperar del resto de seres que me acompañan?, ¡si cada uno está en la misma tesitura que yo misma!

Los otros, las maravillosas personas que me acompañan en este viaje divino que es el VIVIR, se hallan, al igual que yo, imbuidos en sus quehaceres y rumiando sus aciertos y sus fallos cotidianos.

Anda buena parte del planeta centrado en superar los obstáculos que ven delante de sus pies, cansados por las piedras y los charcos del trayecto, atrapados en las mismas rutinas, la misma concatenación de actos y situaciones, una tras otra, día tras día.

Descubriendo cómo agradecer aquello bueno que acontece u olvidándose de agradecerlo y sintiéndose extraños por no haber agradecido, porque no saben lo mágico que resulta este simple hecho de agradecer lo recibido.

Están en el procurar el mayor provecho y bienestar de su vida, una vida que es como un barquito de papel metido dentro de una bañera de hidromasaje.

Por veces, esta bañera anda conectada a la máxima potencia y el barquito se vuelve loco, moviéndose de aquí para allá, sin rumbo fijo, con espasmódicos saltos, trompicones y encharcado hasta la bandera.

Ocasionalmente, descubren la ubicación del botón de la bañera de hidromasaje y pueden regular la velocidad, haciendo más cómodo el viaje.

Unos pocos, muy pocos, encuentran el botón de apagado, le dan y siguen su vida con una calma maravillosa. Recorren las aguas en todas sus dimensiones; aprenden a impermeabilizar el barco, para que no coja humedades y lo convierten en submarino explorando las aguas profundas; además les crecen una pequeñas alas, con las que sobrevuelan levemente el líquido elemento en el cual habitan.

Luego está ese pequeño, ese mínimo grupo de elegidos, que halla la manera de dejar de ser barco de papel encerrado en una bañera. Ellos disfrutan de la libertad absoluta de convertirse en lo que quieran, en barcos, en aviones, en trenes, en animales, en sentimientos o en cosas. Comentan que son los que viven en la felicidad plena y en el amor incondicional más puro.

A este último tipo de personas no las he conocido nunca, solo de oídas, si conoces a alguna así, te agradezco que me lo comuniques, me encanta aprender y de ellas seguro que aprendo muchísimo.

-“Yomisma”**: Persona que no sigue un patrón establecido y fijo de gustos a la hora de vestir, comer, pensar o vivir la vida. Persona que va adaptándose al momento que está transitando, sin unas normas estrictas e inamovibles de conducta. Persona creativa y librepensadora, interesada en saber cómo funciona el mundo, para luego vivirlo ella a su manera, compartiendo lo que le va bien, por si a otros les sirve. Persona que procura hacerlo lo mejor posible para ella misma y para lo que le rodea. Persona altamente sensitiva a la que no le gustan los gentíos, los ruidos estridentes ni las películas de miedo o violencia.

Paro, que sigo sin tener ganas de hacer nada.

Si a ti también te dan a veces «ganas de hacer nada», puedes escribirme a conlasmanosdemirena@gmail.com y me lo cuentas.

Abrazos de corazón.

María José Malleiro Zorzano (Mirena)

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