Las manos

Con las manos sentimos, el cariño de una pareja o de un hijo, la amistad del abrazo de un amigo, la lluvia fresca que nos las empapa... Cuida tus manos. Son un regalo.

Desde que tengo memoria me recuerdo creando con las manos, manos creativas llenas de vida, esencia en instante compartida.

Manos que escriben, manos que cosen, manos que sanan, manos que pintan, manos que hablan con cada uno de sus movimientos.

Son mis manos, las comparto contigo, las comparto con el mundo en cada roce, en cada caricia, en cada abrazo, masaje o gesto.

Dame tu mano.

Si en mis manos pongo tus manos, juntas sabrán llegar al infinito de los tiempos, a lugares remotos que podamos imaginar, que podamos crear con cada una de las frases o de las letras que revolotean en el teclado que ante mí tengo.

A través de mis manos descubro el mundo, recorriendo el mundo entero, te recorro a ti y me conquisto a mi misma, en este viaje de autoconocimiento que es la vida.

Me expando cada vez que habla mi alma, a través de los movimientos de mis manos. Tocamos el cielo, el agua, la tierra y el fuego bendito.

Son mis manos como un espejo, en el que me miro mientras te observo, a ti, que me lees.

Nos convertimos en un mismo ser sin ni siquiera conocernos, sin estar en la misma habitación, quizá ni siquiera en el mismo país.

Nos convertimos en árbol, extendiendo las raíces a la par, generando un anclaje fuerte, que nos comunica con los otros árboles del entorno, y más allá, lejos, más lejos, conectándonos con las raíces de todos los árboles de la Tierra, en un entramado de amor inmenso.

Mientras dura tu lectura y mi escritura, somos un único ser, que permanece bien agarrado para que no nos puedan arrancan las lluvias de los días grises, ni las tormentas del invierno.

Elevamos nuestras ramas más allá del tronco, bailando al son de la música del viento.

Siento como caen las hojas, ahora en otoño y las flores se refugian, para evitar el próximo invierno.

Lo siento en mis ramas.

¿Tu lo notas?

¿Sientes como la savia nos nutre, igual que la sangre que llevamos dentro?

Las manos son unas de las mejores herramientas que lleva de serie nuestro cuerpo, formadas por 27 huesos y colocadas hábilmente en nuestras extremidades.

Con ellas podemos realizar infinitas tareas y actos que facilitan nuestra vida: agarrar, acariciar, tocar, amasar, escribir, frotar, limpiar, cocinar, coser, cortar, conducir, …

Algunas acciones serán delicadas, como acariciar la suave piel de un bebé mientras lo amamantas. Otras pueden ser agresivas o peligrosas, como pegar un golpe a una puerta o azotar a una persona.

Las personas “sordomudas” las usan de voz, para transmitir en su lengua de signos. Hablan mediante cambios de posición de los dedos que se acompañan de ligeros movimientos de la mano. Cada letra tiene una forma. No hay unificada una lengua de signos en todo el mundo, cada país tiene una o varias lenguas de signos.

Los bailarines usan todo el cuerpo, incluso las manos, y los espectadores de ese baile, agradecemos su entrega, aplaudiendo con nuestras manos.

Nos estrechamos las manos, con un buen apretón, al saludar a otra persona, o cuando quieres demostrar afecto. Al menos eso hacíamos antes del Coronavirus.

Son como una carta de presentación. Siempre les decimos a los niños que hay que lavárselas antes de ir a comer y, en estos tiempos extraños que corren, nos las limpiamos con gel desinfectante constantemente.

Nos sirven de remos al nadar en el mar, apartando el agua hacia un lado, para que sea nuestro cuerpo entero el que avance hacia la orilla a descansar.

Con las manos sentimos, el cariño de una pareja o de un hijo, la amistad del abrazo de un amigo, la lluvia fresca que nos las empapa, o el agradable calorcito de la arena de la playa. Cuida tus manos. Son un regalo.

Conozco infinidad de personas creativas. He aprendido mucho a la hora de crear de mis padres: Carlos y Josefa, creadores natos. Mi padre recopiló durante años información de sus apellidos y los de mi madre, escribió varios libros con esos datos, confío en que se anime a publicarlos. Mi madre sabe coser y bordar como los ángeles, me hacía ropa preciosa de pequeña. Los dos tienen una imaginación desbordante, que nos han transmitido a mi hermano Carlos y a mí desde pequeños.

En mi familia y en la de Gabriel (mi marido) hay varios casos que podría destacar de creativos, no me voy a poner a decir cualidades de cada cual. Símplemente voy a mencionar a Marinita, tía de Gabriel. Era la definición de la creatividad. Pintaba, cosía, bordaba, hacía punto, modelaba, hacía talleres de manualidades con pequeños y mayores. Fue una mujer muy inteligente, capaz de hacer un cuadro abstracto, un paisaje realista o un bodegón, poniendo la misma pasión. Se fue muy joven, se la llevó una enfermedad un 23 de enero a los 52 años,  sin haber llegado a brillar lo que debería. Ahora te pongo un poco de voz aquí, gracias por tus cuadros, tus consejos y por tantos pinceles y pinturas que compartiste conmigo, para que pintase mis cuadros.

Con mis manos he escrito las palabras que has leído. Y tú, ¿conoces personas que crearon maravillas con sus manos y se fueron sin que nadie reconociera su brillo? Puedes escribirme contándome sus historias al correo conlasmanosdemirena@gmail.com

Aquí te dejo un pequeño vídeo de mi canal, donde te cuento un poco sobre mi segundo libro: “Más allá de las manos”. Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo o suscribirte al canal. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí:  Con las Manos de Mirena

Puedes encontrar este libro en Amazón o pidiéndomelo a mí.

Un abrazo muy grande desde mi corazón

María José Malleiro Zorzano

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