La mente consciente

"Solo al ser consciente, los pensamientos comienzan a desaparecer. No hay necesidad de pelear. Tu conocimiento es suficiente para destruirlos. Cuando la mente está vacía, el templo está listo. Dentro del templo, lo único que cabe es el silencio. Recuerda estas palabras: relajación, desconsideración, silencio. Si estas tres palabras se convierten en experiencias, tu vida se transformará". Osho

La mente sube, la mente baja, la mente entra, la mente sale, la mente nace, se reproduce, se expande, crece y muere.

La mente quita y la mente da.

La mente es convergente y divergente.

La mente calla y otorga.

La mente da un rodeo, otro; una vuelta, otra; un giro, dos y trescientos, para llegar a un lugar.

La mente nos condena y nos adula.

La mente nos perjudica y nos salva.

Mente cambiante, mente disonante.

Mente corriente.

Si no le haces caso, insiste hasta que la miras, la escuchas y le prestas la atención que ella, “la reina de la casa”, cree merecer.

Siente que es la primera, la primordial, la “jefa”, tu dueña.

Es por ello que hace revolotear sin cesar, todo tipo de pensamientos, en un sinfín de mensajes, sensaciones y sentires, que no tienen límite.

Tú ahí, sin enterarte de que ella manda y dispone, en su juego de frases, palabras y artimañas.

Un juego del despiste, puesto que si tuvieras que atender a cada pensamiento que transcurre por tu mente, durante las 24 horas que dicen que tiene un día, acabarías “tararí”.

La mente nos permite adaptarnos a la vida, entender lo que nos hablan los otros seres humanos, ir a comprar los alimentos que vamos a ingerir, descubrir nuevos conocimientos en los libros, arroparnos cuando entendemos que hace frío o quitarnos el abrigo si hace calor.

En ella convergen los sueños, el pensamiento, las ideas, el comportamiento, los hábitos, las neuronas cerebrales, las relaciones con nuestro ambiente y con los otros.

Ella es la encargada de que sepamos solventar un problema y realicemos grandes gestas y hazañas.

La mente humana es una gran desconocida. Por muchas máquinas que invente el ser humano, ninguna ha podido de momento, llegar a adentrarse de veras, más allá de los confines de la mente, traspasando las barreras que la definen, que la contienen, que la conforman.

La mente nos permite soñar, crear nuevas historias y vidas de todo tipo de formas. Nos lleva a mundos paralelos, a vidas pasadas, a vidas futuras, nos acerca a la muerte y si queremos, la mente se inventa que somos un animal, una planta, una piedra o un mueble.

La mente tiene ese poder, la mente es muy poderosa. Prueba si no. Ponte a pensar en un elefante azul. Ahora imagina que es rosa. Ahora visualiza que ese elefante rosa puede volar. Ponle unas alas amarillas y una trompa de colorines.

La mente te permite crear maravillas:
-Productos que curan y sanan.
-Paisajes preciosos.
-Hogares cómodos y funcionales.
-Puentes, rascacielos y catedrales.
-Familias perfectas y felices.
-Cuerpos atléticos y flexibles.
-Vacaciones de ensueño.
-Energías limpias e inagotables.

La mente tiene esa capacidad, luego, es el día a día de esta humanidad, el que conseguirá o no, lograr que lo que transcurre por la mente se convierta en cierto y real.

El asunto es, que la mente también puede jugar malas pasadas. Porque a ella, en su juego infinito, también le gusta jugar a dar la lata. Es mejor no hacerle ni caso a esos pensares corrosivos y patéticos, que nos invaden con sus:

No puedes,
no sirves,
no vales,
no lo vas a lograr,
estás mal,
te va a sentar fatal,
no te quiere,
no estudies,
no trabajes,
no seas original,
mejor sé una copia del resto,
no destaques,
no opines,
te va a salir mal,
aguanta,
no encuentres soluciones,
qué más da,
si siempre te toca lo malo a ti,
no avances,
no…

Cada vez hay más estudios sobre la mente pensante. Un enigma fascinante que ha intrigado a médicos, filósofos, científicos y seres humanos de todas las razas e ideologías, a lo largo de los tiempos.

Nuestra mente se adapta, cambia, varía en de cada una de las etapas de la vida. Esta transformación nos permite moldearla a nuestro favor. Si observamos lo que pensamos, podemos introducir pequeños cambios de pensamiento, para favorecer una actitud diferente.

Según nos cuenta https://psicologiacognitiva.es/: «la mente y el cuerpo están intrínsecamente conectados. El estrés, la ansiedad y la depresión pueden tener un impacto negativo en la salud física. Cultivar una mente saludable es esencial para una vida plena».

-Psicologiacognitiva.es: https://psicologiacognitiva.es/

Dicen en https://robertotirigall.com/ que: “El ser humano promedio tiene alrededor de cincuenta mil pensamientos diarios que arriban a su mente y muchos de ellos son sumamente tóxicos. Si pudiésemos pensar todo lo que realmente queremos, no tendríamos estrés, miedos, ansiedades ni depresiones. Sin embargo, los hechos nos demuestran que los pensamientos “nos piensan”, es decir, que ellos arriban a nuestra conciencia más allá de nuestra propia voluntad”.

-Robertotirigall.com: https://robertotirigall.com/

Es muy interesante dedicar unos instantes cada día a vernos de una manera más amorosa y benévola. Podemos mantrear frases inspiradoras y de bondad que han creado otros; podemos hacer afirmaciones positivas que creemos para mejorar aspectos de nuestro cuerpo, mente y emociones; podemos grabarnos este tipo de frases, escucharlas e incluso decirlas en voz alta; podemos escribirlas en un papel y colocarlas en lugares estratégicos de la casa, para verlas y recordar que eso es lo que deseamos que nos ocurra a nos;… Se trata de usar la mente a nuestro favor.

Factores que ayudan a tener una mente más saludable:
1- Meditar. Pedir a nuestro alrededor que durante cinco o diez minutos no nos molesten, para quedarnos un rato en silencio, respirando suave. Hay muchas clases de meditaciones guiadas, por si te apeteciera realizar alguna. Al final del artículo, dejo varias.
2- Observar los pensamientos. Prestar atención a lo que se piensa, darnos cuenta de lo que ronda por la cabeza. Entender que todo ese ruido que nos acecha, con «no puedes», «no vales», «no sirves», es mentira. Decirle a la mente que todo este tipo de frases son solo «ruido», son una falacia que nos contamina. Como seres humanos, merecemos lo mejor. Arenia Quetzal habla mucho sobre este aspecto de observar los pensares.
3- Evitar caer en el juicio. Cada vez que nos pillemos juzgando a otros o juzgándonos a nos, paramos a la mente, recordándonos que eso es un error, que es innecesario juzgar, puesto que todos lo hacemos lo mejor que podemos, en función de las circunstancias que nos rodean.
4- Salir a la naturaleza a pasear, a tener contacto con la luz del sol, el campo, el mar, un río, la montaña o un parque de tu pueblo o ciudad. Si por cualquier motivo no puedes salir, acércate a una ventana y permite que los rayos de sol, que la luz, acaricie tu cara, cada día.
5- Encontrar lo positivo que hay en nuestra vida. Ser capaz de darnos cuenta de todo lo bueno que disponemos a nuestro alrededor, ayuda a calmar ese rumiar constante que a veces llena de bullicio la cabeza. Además, observar lo que creemos que es negativo y encaminarnos hacia la solución, dando pasos para lograr nuestra paz mental en ese tema, nos facilita lograr mejorarlo. Ojo, puede que no haya solución (ej: algún familiar falleció, se perdió un empleo, te dejó una pareja), pero sí se puede lograr (a través de relajaciones, terapias o acompañamiento) una especie de «aceptación serena» del hecho, que amaine la tormenta mental de ese momento.
6- Practicar el sano “vicio” del perdón. Perdonar nuestros errores, y lo que consideramos que fue erróneo en los otros seres humanos que nos acompañan esta “obra de teatro” que es la vida. Conseguir hallar en nuestro corazón los motivos para perdonar da mucha paz mental y equilibrio.
7- Hacer un poco de ejercicio cada semana. Activar tus músculos, huesos, tendones y articulaciones. Realizar estiramientos musculares. Saltar. Caminar rápido. Darle “vida” al cuerpo.
8- Expresar el aprecio que tienes a tus seres queridos, sonreír más, decir “te quiero” más veces, decirte a ti que “te quieres”. Mostrar más amor por lo que te rodea.
9- Tener una pequeña meta u objetivo. La ilusión de poder lograr algo, de prepararte para llegar a un destino, de aprender algo nuevo, llenan de gracia el corazón, calman y armonizan la mente. Por ejemplo, aprender a realizar algo que te gusta, como: coser, escribir poesía, crear un huerto, un nuevo idioma, dibujar, cocinar, conducir.
10- Gozar de las relaciones. Pasar tiempo de calidad con tus seres queridos, compartir buenos ratos con la pareja, los hijos, los amigos, los vecinos, los familiares, las mascotas, es muy gratificante.
11- Invertir tiempo en ti. Dedicarte espacio, tomarte una infusión contigo, mirarte al espejo y recordar lo que te quieres, embelesarte con todas las cosas que realizas bien, observar la te tiempo que llevas contigo y agradecerte todos los esfuerzos que has realizado para ti y para otros seres.
12- Gozar de la comida. Alimentarte de manera saludable, saboreando cada bocado, agradeciendo a la comida que ingieres, deleitándote de la cantidad de sabores, colores, texturas y formas que ofrece la naturaleza y el mercado, a la hora de poder seleccionar lo que puedes comer.
13- Agradecer. A ti. Al mundo. A la vida. A tu hogar. A tu cuerpo. A tus seres queridos. Llevar tu boca preñada de la palabra GRACIAS.
14- Tomarte la vida como una experiencia maravillosa que tienes la oportunidad de experimentar. Darte cuenta de que todo se transforma, nada permanece igual. Aprovechar cada oportunidad al máximo, para reír, llorar, saltar, cantar, gozar, agradecer y saborear.
15- Pedir ayuda. Si ves que te superan los problemas, los disgustos, la melancolía, los dolores,… ¡pide ayuda! Pide ayuda a tu entorno, a tus conocidos, a tus familiares y amigos. Si no logran ayudare ellos, porque lo que te aqueja es importante, solicita ayuda a un médico o terapeuta. Hay grandes profesionales que pueden acompañarte a la hora de superar estas trabas que te impiden llevar una vida plena, gozosa y feliz.

Nota: encuentra aquí a Arenia Quetzal: https://www.youtube.com/@AreniaQuetzal

Ejercicios que ayudan a la mente:
a) Medita cinco minutos por la mañana, al levantarte de la cama. Puedes sentarte al borde de la cama y ahí, realizas un par de inspiraciones profundas, quedándote contigo, en silencio. Tu mente querrá traer un montón de historias, tú, mantén la calma, sigue ahí, respira suave y deja que vayan sucediéndose los pensamientos, sin enredarte a hacerle caso a ninguno, como si estuvieras en un cine observando un película.

Nota: si lo prefieres, puedes realizar este ejercicio por la noche, cuando vayas a acostarte. O por la mañana y la noche, tú decides.

b) Pon atención plena a lo que piensas durante el día. Durante un día (o los días que te apetezca), vas a prestar atención consciente a tus pensamientos. Cuando atiendes lo que ronda por tu mente durante un rato, luego es más fácil. Anota en una hoja o libreta los pensamientos que más han llamado tu atención.

c) Elige unas frases o palabras inspiradoras, calmantes o que eleven tu ánimo, anótalas en una hoja y colócalas en zonas de la casa, el coche, el trabajo, la cartera, la ropa,… donde puedas verlas constantemente. Dejo aquí algunas para que puedas tenerlas de referencia:
-Cada día estoy mejor y mejor.
-Con cada inspiración me relajo más y más (para cuando quieras relajarte).
-Soy un ser humano maravilloso.
-Cada día te quiero más (dilo mirándote a un espejo).
-Merezco todo lo bueno de la vida.
-Me abro a todo lo bueno.
-Agradezco todo lo bueno que ya hay en mi vida.
-Me encuentro cada día más saludable, flexible y con más ganas de vivir.
-Me relaciono con todo lo que me rodea de manera calmada y en armonía.
-Me levanto cada día con ganas de vivir y mucha energía.
-Duermo toda la noche seguida y por la mañana me levanto fenomenal.
-Tengo mucha facilidad para realizar… (aquí escribes la acción que tú quieras lograr).
-Atraigo a mi vida situaciones, pensamientos y cosas que me facilitan la vida.
-Soy capaz de gestionar bien todos los acontecimientos que ocurren en mi día a día.
-Soy capaz.
-Me permito descansar cuando lo necesito.

Puedes anotar palabras sueltas, en vez de frases. Elige palabras que te inspiren bienestar, calma, realización personal, armonía. Como por ejemplo: sosiego, gracias, armonía, calma, bienestar, transformador, bálsamo, saludable, sanador, curativo, relax.

d) Ejercicio con tres partes:
1- Durante una semana, anota en una hoja o en una pequeña libreta, todo lo bueno que ya hay en tu vida. Todo lo bueno que ya sucedió, en todos los aspectos. Cada día pon al menos 10 cosas.

2- Durante una semana, escribe en una hoja o en una pequeña libreta, todo lo bueno que quisieras que sucediera en tu vida, en todos los aspectos. Cada día pon al menos 5 cosas.

3- Cuando hayas realizado las dos partes anteriores:
-Recapitula todo lo que has escrito.
-Agradece lo que ya ha sucedido bueno en tu camino.
-Pregúntate qué pasos podrías dar para conseguir que se hicieran reales, el máximo número posible, de las cosas que has anotado en la lista de “todo lo bueno que quieres que suceda”. Camina a su encuentro. Pon de tu parte. Pregunta, avanza y realiza lo que consideres que es necesario para materializarlo.

Inspira. Deja que la calma envuelva tu mente. Aquí llevas una relajación y unas afirmaciones, para que el camino sea más fácil. Que tu viaje sea gratificante y placentero.

Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo o suscribirte al canal. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí:  Con las Manos de Mirena

Abrazos de corazón.

María José Malleiro Zorzano.

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«Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca un desafío para probar nuestro coraje y voluntad de cambio. En ese momento, no tiene sentido fingir que no ha ocurrido nada o decir que aún no estamos preparados. El desafío no esperará. La vida no mira hacia atrás. Una semana es tiempo más que suficiente para decidir si aceptamos o no nuestro destino».
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