Hoy he soñado

Soñé un día que la rama de la paloma venía cargada de olivas negras, frescas y crujientes, con sabor a libertad y a tierra. Que todos éramos iguales en la desigualdad que tenemos y todo era perfectamente imperfecto.

Esta noche tuve un sueño.

Soñé que la vida me sonreía en todos los aspectos. Que reía de gozo y gozaba de risa. Que mi cuerpo flotaba en el aire, ligero cual pluma de un ave libre. Que mi mente, serena, impregnada de dicha, disfrutaba de cada instante, sin importarme futuro o pasado. Que confiaba. Que todo era perfecto, tal cual.

Esta noche tuve un sueño.

Soñé que arreglaba, con amor y cuidado, las flores del jarrón que colocaba en la mesa del porche de mi casa. Al fondo la piscina impoluta, con agua clara y cristalina. Tras la gran cristalera, mi hijo, en la cocina, se tomaba con gusto la merienda. Los pájaros trinaban, saltando de árbol en árbol, esparciendo su alegría aquí y allá.

Hoy cumplo cincuenta años y esta noche he soñado, como tantas otras veces, que soy feliz, que no he de hacer nada, solo ser y dejarme llevar por los acontecimientos que aparezcan. Que me acurruco junto a Gabriel y, en ese abrazo, encuentro toda la seguridad que a veces pierdo.

Hoy, que hace 17 años que juntos, dijimos el «Sí quiero», miro atrás y descubro los sueños que hemos cumplido, esos sueños que se sueñan con los ojos cerrados y el corazón abierto. Nuestras almas se reencontraron un día y caminamos a la par desde entonces.

Hoy he soñado que te lleno de besos y te doy las gracias por este interesante camino. Que te digo «te quiero» en 17 idiomas distintos.

Sueño, he soñado, soñé un día, que es posible encontrar la luz en mi corazón. Que soy un haz de luz que inunda todo lo que me rodea. Que lo olvido a veces, que olvido que soy AMOR en mayúsculas. Que soy amor yo y tú que me lees. Que el amor, todo lo impregna, que a todos llega.

Sueño en numerosas ocasiones.

Soñé un día que era una princesa,
un hada, el lobo de los cuentos.

Que era un río, un mar,
un lago helado donde patinar.

Que era la escoba surcando los cielos
de la bruja mala,
o ¿son buenas ellas con pócimas y encantos,
con palabras raras y untuosos ungüentos?

Soñé un día que la rama de la paloma venía cargada
de olivas negras, frescas y crujientes,
con sabor a libertad y a tierra.

Soñé que frutas, verduras y cereales
rebosaban en todos los campos del planeta,
cuidados primorosamente
por los que lo habitamos,
repartidos equitativamente,
sin necesidad de mediar moneda para obtenerlos.

Soñé que la injusticia y la desigualdad
eran barridas de los pueblos,
que dejaba de haber blancos, negros,
ricos, pobres, gordos, flacos,
mujeres, niños, hombres, guapos o feos.

Que no había etiquetas, todos éramos iguales
en la desigualdad que tenemos y todo era
perfectamente imperfecto.

Soñé…
Y ¿Tú que sueñas?

Gabriel y yo nos casamos el 14 de mayo de 2005, con esta pareja represento nuestro amor.

Desde niños soñamos:

a) Dormidos, dicen los médicos que incluso en el vientre materno, algunos son dulces y otros de sabor tan amargo, que los catalogamos de pesadillas.
Infinidad de psicólogos y expertos han tratado y hablado sobre los sueños que suceden mientras dormimos. Son estudiados por numerosos profesionales y hay una cantidad importante de libros que hablan de ellos.


Cuando nos acostamos a dormir se suceden diferentes etapas, nuestro sueño es cíclico y se divide en tramos. En la fase REM es en la que dicen que nuestros sueños son más vívidos y podemos recordarlos mejor.


Etapas en las que dividir el sueño:
Adormecimiento, Sueño ligero, Transición, Sueño profundo o sueño Delta y Sueño REM (rapid eye movement) o sueño paradójico.

b) Despiertos, a cualquier hora, en cualquier lugar y momento, en los que imaginamos infinidad de cambios en nuestra vida y entorno.
Soñamos con volar, con viajar en el tiempo y cambiar errores que otrora se cometieron, con tener una varita mágica como la de los magos y hacer aparecer todo aquello que precisamos en ese momento concreto.


Soñamos con tener una profesión que nos reporte un buen dinero y la satisfacción de un trabajo bien hecho.


Soñamos que nos toca la lotería y nuestras arcas, repletas de bitcoins y otras clases de dineros, nos permiten comprarnos bienes, repartir a familiares y amigos, acabar con el hambre del mundo, con las injusticias, las enfermedades y las desigualdades.


También tenemos sueños de otras clases, de enfado, de temor, de rencor, de amor o de sexo, por ejemplo. Pero bueno, ahí no está permitido que entremos, los sueños son privados y merecen todo nuestro respeto.

Canción:
«Sueña» de Luis Miguel»

Nota: parte del texto se ha extraído de mi libro «De regreso a casa».

Abrazos de corazón.

Mirena

Compartir en tus redes:

Artículos relacionados