El Reiki es una técnica japonesa de canalización de energía a través de las manos. Creada por el doctor Mikao Usui. Utiliza «energía vital universal» canalizada, para promover la autorregulación del organismo en el tratamiento de enfermedades y desequilibrios físicos, mentales y emocionales.
REI significa universal, infinito, sin límites.
KI significa energía vital.
Hay numerosas versiones sobre su vida. El doctor Mikao Usui nació en Japón en el año 1865 y falleció en 1926. Parece ser que sus comienzos fueron como sacerdote, en el cristianismo. Se dice que sus alumnos le interrogaban acerca del método de curación que usaba Jesús para sanar a los enfermos. Cómo no sabía la respuesta, emprendió un viaje de unos diez años, en su búsqueda.
A mediados siglo XIX, recorrió Japón, China, EEUU y Europa investigando sobre la curación de las personas a través de la energía de las manos. Finalmente, dicen que como la Iglesia se tomó a mal estas investigaciones que realizaba y que luego difundía, se pasó al budismo. Fue conocido también como Maestro Gyoho o Gyohan.
Sus ganas de saber le convirtieron en un gran ávido de respuestas e investigó las sagradas escrituras de otras religiones, como el judaísmo, el budismo y todas las culturas que le permitieran conocer más sobre cómo curar de manera global, es decir, en cuerpo, emociones, mente y espíritu.
Quería saber cómo curaban Jesús o Buda; aprender a curarse a sí mismo y a los demás; hallar dónde nacía esa energía sanadora, que se manifiesta de variadas maneras y que se encuentra en el universo a disposición del que la solicita. Quería conectarse con ella. Compartir con el mundo y con sus alumnos la forma de sanar.
Tras un período de largo ayuno y meditación tuvo unas revelaciones increíbles, que le proporcionaron gran sabiduría. Después de aquel momento dedicó su vida a transmitir lo que aprendió, iniciando a su mujer y a varias personas más, antes de su muerte, en este arte de sanar. Ellos siguieron pasando a otros sus conocimientos. Actualmente a esta enseñanza se la conoce como Reiki Usui o Reiki Usui Tibetano.
Hoy en día hay múltiples centros donde aprender Reiki y muchos son los que se han iniciado en esta técnica de sanación a través de la energía. También hay numerosas variantes de Reiki, que han inventado o canalizado otros maestros, como por ejemplo: Kármico, Celta, Karuna, Kundalini, Occidental, Imara,…
En el período de dos años que invertí desde que hice mi iniciación hasta que completé la maestría, aprendí el Reiki Usui Tibetano (el que creó Mikao Usui), con mi maestro Zaim. Durante este espacio de tiempo en el que me dediqué a descubrir estas enseñanzas, además de los símbolos que se usan y las variadas técnicas y maneras que hay de sanación, también tuve la oportunidad de practicar lo que iba aprendiendo conmigo misma y con personas maravillosas que me permitieron acompañarlas en sus procesos.
Después de ese Reiki, me inicié y avancé en otros, con distintos maestros, como Reiki Kármico, Reiki Karuna o Reiki Celta, que través de diferentes iniciaciones y símbolos, vienen a tener la misma finalidad: armonizar a la persona que lo recibe.
Además de aprender esta técnica, también indagué en la sanación por imposición de manos, con una maestra de yoga que tuve, Cristina, que me enseñó desinteresadamente sobre ello.
Me siento muy agradecida a los maestros que, a lo largo del camino, han ido descubriendo mi parte más chamana, bruja, meiga, sanadora o como la queramos llamar. Aprovecho para aclarar que actualmente no hago sesiones para otros, descontando algún amigo o familiar que me lo solicita esporádicamente.
No me considero especial por haberlo aprendido, creo que hay personas muy capacitadas para pasar consulta a otros y ayudarles a sanarse, yo no me veo haciendo esto de modo particular, por eso comparto vídeos, libros y ejercicios de bienestar, donde explico cómo mejorar, para que cada uno se responsabilice de su camino de curación.
Que una persona sepa este tipo de técnicas no quiere decir que en su vida no haya tropiezos, que no haya enfermedades o no aparezcan dificultades de cualquier índole. Somos humanos, igual que todos los que nos rodean.
Disponer de este conocimiento a mí me ha servido, para salir antes de los momentos emocionales duros, para tener menos miedo al dolor o a los procesos de enfermedad o para calmarme más pronto.
Es como tener un botiquín de remedios caseros, al que acudir. En vez de ir, abrir el botiquín y sacar una pastilla que me relaje, me hago un poco de reiki, me hago unas inspiraciones o me pongo a visualizar lo tranquila y bien que me encuentro. De esta manera consigo el mismo resultado.
También voy al médico cuando me hace falta, claro. A lo largo de mi vida he pasado por variados procesos de enfermedad, aunque desde que conozco este tipo de técnicas, las uso para mi mejora personal y familiar en todos los aspectos que puedo.
Hay millones de personas en el mundo que hacen sanaciones usando algún tipo de técnica energética. Personas de todo tipo, como por ejemplo la cajera del supermercado, el dentista al que acudes, la abogada de tus padres, la psicóloga del colegio de tus niños, el padre de tu amigo, la tía de tu vecino, etc.
Es algo más natural y normal de lo que crees, lo que sucede es que como no ha sido muy aceptado por alguna parte de la sociedad, sobre todo en esta zona más occidental del planeta, pues las personas lo ocultan, no se lo dicen a nadie, para evitar la crítica o la burla que desde fuera pueda llegar.
El Reiki se puede dar presencialmente o enviar a distancia, se puede dar a una persona, a una situación a una casa, a una cosa, a un animal, a un sentimiento o pensamiento.
La energía no entiende de horario ni de fechas, se puede enviar al pasado y al futuro, además de darla en el presente.
El terapeuta** no es realmente el que cura. Acompaña, observa, escucha, recoge la energía universal (prana, chi, qi, amor) y la transmite al paciente, a través de sus manos, para que el paciente recobre fuerzas y esa fuerza pueda ayudarle a llevar su malestar de una manera más óptima.
En numerosas ocasiones, al recibir esta energía, se puede conseguir una gran mejora física, mental o emocional. Algunas veces los problemas desaparecen del todo.
Reiki y otras terapias de sanación energéticas, pueden ser buenas compañeras a la hora de restablecer tu salud. La sanación energética es compatible con las medicinas. Hay alguna controversia respecto a impartir Reiki a personas que lleven marcapasos, si tienes uno, pregunta a tu médico si puede interferir en el aparato.
Es importante aclarar que cuando tengas alguna enfermedad, acudas al médico y no dejes de tomar medicinas por tu cuenta.
Si quieres informarte sobre el Reiki, puedes contactar con la Federación de Reiki aquí:
Federación Española de Reiki (federeiki.es)
Los cinco principios del Reiki son:
1-«Sólo por hoy, no te enfades».
Kyo Dake Wá Okoru na
2-«Sólo por hoy, no te preocupes».
Kio Dake Wá Shimpai suna
3-«Sólo por hoy, trabaja honestamente (o trabaja duro)».
Kyo Dake WÁ goo hage me
4-«Sólo por hoy, sé agradecido».
Kio Dake Wá Kansha shite
5-«Sólo por hoy, sé amable (con todos los seres que te rodean)».
Kio Dake Wá Hito ni shinsetsu
Nota:
** Qué es ser TERAPEUTA:
“Es ser testigo, tener el privilegio de contemplar y estar al lado de alguien, acompañándolo en su proceso. Manteniendo lo simple, sin juicios”. Kiril Yurievich
Es escuchar la historia del otro, reconociendo las similitudes y diferencias de su relato con tu propio recorrido en la vida.
Es despertar modos creativos en el paciente y reavivar potencialidades existentes en él, para crear nuevos aprendizajes y rutas hacia la sanación, que remplacen sus mecanismos de enfermedad.
Es soltar el miedo al fracaso, pues nunca eres tú el que cura al otro, la única “misión” que te puedes encomendar a ti, como terapeuta, es la de ser compañero del viaje que la persona va a emprender, a tu lado, para su curación.
Es hacer este viaje en compañía del médico del paciente y sus medicamentos, si se los han prescrito.
Es aprenderte las partes del cuerpo y recorrerte los intrincados lugares de la mente, integrarlo en ti y olvidar lo que sea innecesario.
Es estar presente y no reaccionar brusco ante lo que vaya viniendo.
Es aprender cada día con cada ser que acude a ti.
Es estar informado, asombrarte con los nuevos descubrimientos científicos, las nuevas terapias, los nuevos recursos que te proporciona la vida.
Es mirar a los ojos al otro, y suavemente acercarte a su herida.
Desde ese punto es desde donde se realiza la terapia.
Aquí dejo una charla sobre Reiki que tuve con la doctora María José Puche, maestra Reiki, que ha compartido con muchas personas esta enseñanza de manera altruista y que es autora de varios libros sobre este tema.
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Abrazos de corazón.
María José Malleiro Zorzano (Mirena)