¿Dónde estás?
¿Sabes de veras en dónde?
Fíjate que ahora podrías estar en unas vacaciones soñadas, dando la vuelta al mundo en un trasatlántico de lujo fabuloso, con todos los servicios incluidos, pasando tres o cuatro meses de gloria pura.
Tal vez descubriendo las capitales europeas que más te apasionan: Viena, Praga, Budapest, Lisboa, Sofía, Andorra, Roma, Berlín,… para preparar un Máster en Historia.
O en una montaña de Galicia o Cantabria, relajado con espectaculares paisajes y verdes campiñas, haciendo senderismo, comiendo los ricos alimentos de la zona.
Puede que de fiesta, celebrando tu cumpleaños, con amigos y familiares, en alguna isla del Mediterráneo, con la copa en la mano, y la música atravesando tu cuerpo.
Quizá en una semana cultural de París, observando los majestuosos cuadros y obras de arte, imbuido en el trasiego de empaparte de aquello que otros crearon, para luego contarlo en un artículo de la revista donde trabajas.
¿Dónde estás?
¿Sabes de veras en dónde?
Quién dice que no podrías estar ahora mismo componiendo una sinfonía para tocar en un concierto, a violín, trompeta o piano.
O preparando el material para impartir tus clases de mañana en la Universidad, donde después de mucho empeño, conseguiste la plaza de catedrático que tanta ilusión de hacía.
A lo mejor te gustaría estar viendo trajes de boda, para casarte con tu persona favorita en el mundo.
O colocando la ropita de tu futuro bebé en la habitación que le estás preparando, mientras acaricias tu vientre, que preñado de vida, va a convertirte en madre en pocos meses.
Quizá mirándote al espejo, embelesada, reconociendo que te quieres mucho. Que a pesar de los años, las arrugas y las canas, cada día eres mejor, que eres un ser humano maravilloso, igual que el resto de seres humanos maravillosos que te rodean.
Nadie puede negar que a alguno le encantaría estar haciendo el camino de Santiago, alejándose del mundanal ruido. Así centrarse en lo que le remueven cada uno de los tramos que transita a diario, las conversaciones con otros viajeros, los amaneceres, el frío o el calor que pasa por las noches, en los albergues.
Algunos quisieran estar inmersos en la presentación de un libro propio, de historia, de poesía, de matemáticas, de física y química, de dibujo, de aventuras, de piratas de parche en el ojo y de palo la pata.
Cuántos de vosotros quisierais estar leyendo un documento oficial, que pusiera que habéis sido seleccionados para un trabajo, una importante función de teatro o película, un recital de ópera, rock,..
Millones son los que darían algo por poder estar ahora con los resultados médicos favorables en su poder, esos que les dijeran que todo lo que tienen ellos o sus seres queridos está curado, para siempre y su salud es fuerte como un roble y firme como una gran estaca de madera incrustada en el suelo cinco metros bajo la tierra.
Tantísimos son los que se alegrarían sobremanera si estuvieran en este instante con un par de boletos de la lotería premiados, que les solucionara la vida monetariamente, para poder compartir con los suyos y con los más desfavorecidos.
Todo lo anterior podría ser cierto, claro que sí.
El asunto es que donde estás ahora, es aquí, leyendo este texto, conmigo.
La única realidad, es el AHORA.
Puedes pensar en un futuro o un pasado, pero estás aquí y ahora, en el perpetuo presente.
Si te paras a ver, aunque pudieras viajar al pasado, cuando llegaras allí, volverías a estar el presente, pues ese momento, ese ahora, será de nuevo tu presente.
El ahora es lo único que existe, se suceden las imágenes, las conversaciones, los hechos, los ruidos, los besos, las caricias, pero siempre en un único momento perpetuo: el ahora.
Quizá me ha dado por ponerme filosófica, aquí te dejo mi reflexión, para que puedas ver lo que te hace sentir.
Vive el ahora de tus días, de la mejor manera que puedas, aprovecha la vida, que se escurre entre las manos, cual agua, libre y fresca de un río.
¿Dónde estás?
Ubi es?; Poú eísai?; Hvor er du; Onde você está?; Where are you?; Où es-tu?
Te propongo un ejercicio meditativo:
-Encuentra un lugar que sea tranquilo, donde puedas estar en silencio contigo, durante al menos 10 minutos.
-Acomódate en posición sentada o recostada, como mejor resulte para tu mente y para tu cuerpo.
-Cierra los ojos.
-Mentalmente vas a decir que ahora vas a estar en silencio durante 10 minutos.
-A partir de ahora, cualquier pensamiento o sensación que llegue, no es tuyo. Has de entender que si has decido que vas a estar en silencio, todo lo que venga no lo vas a querer. Así que cuando aparezca, dices: «NO» y lo dejas ir. Así durante todo el tiempo que dure el proceso.
-Si de pronto llega algo que puede aportarte valor, observa el aprendizaje que trae, quédate con la enseñanza y amablemente lo dejas ir, como el resto.
-Todo el proceso recuerda decir «NO» a lo que llegue, pues no es tuyo, ya que has dicho que vas a estar en silencio.
-Cuando termine el rato de meditación da las gracias por haberte dedicado este rato a ti.
-Puedes seguir observando, durante el resto del día, lo que acontece por tu mente, prestando atención a todo el ruido mental que anda por ahí, a veces entorpeciendo y machacándote con tonterías auténticas, juzgándote a ti o al mundo que te rodea.
-Realiza esta meditación durante al menos un mes seguido.
Si te apetece me puedes contar cómo ha resultado este ejercicio meditativo.
Nota: este ejercicio es una versión de uno que aprendí con Arenia Quetzal.
Puedes conocer a Arenia aquí: https://www.areniaquetzal.com/
Te comparto uno de mis vídeos, donde hablo junto a Sabela Bernárdez sobre la creación de manera consciente, en el ahora. Si te apetece puedes dejar algún comentario en el vídeo o suscribirte al canal. Si quieres entrar en mi canal puedes pinchar aquí: Con las Manos de Mirena
Te dejo una meditación para que seas capaz de vivir tu «ahora» desde el corazón:
Abrazos de corazón.
María José Malleiro Zorzano (Mirena)