Ayer me puse a revisar un libro que creé hace un tiempo sobre el maltrato.
Me encantaría donar los derechos de este libro a alguna asociación o grupo, que lo use para ayudar a todos los seres humanos posibles. Ya ha sido compartido en cárceles, asociaciones de mujeres y ayuntamientos, de manera gratuita.
Si sabes de alguien que pudiera hacer buen uso del libro agradezco que me avises.
Para aprovechar los ejercicios, meditaciones y dibujos, no hace falta que la persona que lo lea haya sido maltratada, lo que lleva entre sus páginas sirve para cualquiera.
Es una especie de guía, para que no caigas en maltrato, en el maltrato que pueden acometer otros seres en tu contra o en ese maltrato que tienes hacia ti, cada vez que no te quieres.
Ahora podrías pensar que tú no te maltratas, que te quieres mucho. Si realmente te quieres mucho ¡felicidades!, eres de los pocos seres humanos que de veras se quieren.
Normalmente no nos suelen enseñar a querernos.
La sociedad promueve la competitividad, el llegar antes, el acumular posesiones y títulos, el triunfar pese a quien pese, el ser mejor que, el seguir siendo joven a base de toda clase de tratamientos y operaciones, el vestir con esta o la otra marca de moda,…
Pero el quererse, quererse de veras, hasta está mal visto y en ocasiones se tacha como un acto egoísta.
Aquí debajo pongo algunas cuestiones para que reflexiones sobre lo de “quererte mucho”:
-¿Crees que mereces lo mejor en la vida?
-Cuando pasas ante un espejo o delante de una cristalera que refleja tu imagen, ¿qué piensas?, ¿cómo miras al ser humano que ves?, ¿piensas cosas bonitas sobre ti?
-¿Paras cuando notas que ya no puedes más o sigues hasta que terminas lo que quieres hacer?
-Cuando te duele algo o sientes revolución emocional, ¿escuchas y atiendes tu malestar?, ¿tomas una pastilla y sigues “p’alante?, ¿haces como si no pasara nada y aguantas, porque es lo que toca?
-Si alguien dice una cosa fea sobre ti, ¿no le haces caso?, ¿respondes enseguida y sientes mucha rabia?, ¿inspiras y piensas que esa persona tiene sus propios problemas, que es una pena que se dedique a criticar y sigues a lo tuyo?
-Cuando consigues terminar un trabajo importante o concluir una tarea a la que has dedicado mucho tiempo, ¿premias tu logro?, ¿te permites sentir alegría y bienestar por aquello que has hecho bien?
-Ahora mismo, ¿qué piensas sobre ti?
-¿Tienes algún tipo de pequeño objetivo o meta que de ilusión a tus días?
-Si necesitas ayuda ¿la pides?, ¿tardas mucho en pedirla?, ¿crees que tú no necesitas ayuda?
-Si no quieres hacer algo, comer algo, ir a algún lugar, salir con alguien, ver una película que no te gusta,…¿dices no?, ¿lo haces porque se supone que es lo que esperan de ti?, ¿lo haces porque crees que se enfadará alguien si dices que no?
-¿Te planteas alguna vez qué es lo que te da miedo?
-Cuando te levantas por la mañana ¿crees que tienes ante ti un mar de posibilidades o deseas que pasen las horas volando para acabar cuanto antes?
-¿Tienes ganas de vivir?
-¿Crees que la vida es algo único y que es una suerte vivirla?
-¿Te gustas?
-¿Te gusta ponerte ropa linda que siente bien a tu cuerpo?
-¿Qué haces para relajarte?
-¿Dónde encuentras la alegría?
-¿Compartes tus inquietudes, secretos, pensamientos y sentires con amistades, pareja o familiares?
-Del uno al diez, siendo uno muy poco y diez mucho, ¿cuánto crees que te quieres ahora mismo?
-¿Crees que eres libre?
Llegado este punto, quizá sea interesante que pregunte ¿qué entiendes tú por libertad?
Según la RAE la libertad es “la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos” y “el estado o condición de quien no es esclavo”, entre otras definiciones.
Para Significados.com la libertad es “la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás”.
En la Wikipedia explican que: “la libertad es la capacidad humana de actuar por voluntad propia”.
Dicen en Definición.de que: “la libertad es la facultad de actuar según la propia voluntad, pero está sujeta a ciertos límites sociales, legales y morales”.
Cada ser humano entiende la libertad a su manera.
Cuando recibes tu primer sueldo, sientes la libertad que da el dinero, las puertas que abre, la prosperidad que proporciona.
Para un preso, salir al patio a respirar aire y a caminar un poco en un espacio abierto, es conseguir un momento de libertad enorme.
Cuando apruebas el carnet de conducir y dispones de un coche, descubres la libertad física de moverte de un lado a otro cuando quieres, sin depender de nadie.
Para mi hijo adolescente, poder llegar media hora más tarde de la fiesta es libertad.
Y tú, ¿eres libre? ¿Eres realmente libre?
Pongo aquí un ejercicio, quizá al realizarlo descubras que no eras tan libre como pensabas o que eres más libre de lo que creías
1-Pide que no te molesten durante un rato y consigue una libreta donde escribirás a mano.
Al escribir a mano se activan varias áreas cerebrales que determinan tus emociones y sentimientos. Movilizas sentidos como el tacto, tocas el papel, el lápiz o bolígrafo con el que escribes; se activa el sentido de la vista, prestas atención a cada palabra que surge en entre tus manos; entra en juego, el sentido del olfato, hueles la hoja, la tinta o la mina del lápiz; participa el sentido del gusto, saboreas el momento presente de escritura fluida; también se une a la fiesta el oído, escuchas los trazos de cada una de la letras que imprimes en la hoja.
2-Contesta detalladamente a las preguntas que vienen debajo.
Déjate llevar, expresa sentimientos, emociones, molestias, alegrías, sorpresa. Aquello que llegue será bienvenido, nada estará mal. Se trata de que aprendas a conocerte y a observarte sin juicios.
Nota: Hay que entender que al decir “cuándo quieras” o “como quieras”, siempre es sin hacerte daño a ti ni a nadie y respetando las leyes.
Preguntas:
-¿Puedes salir de casa cuando quieras, sin que nadie juzgue tu decisión?
-¿Puedes dar tu opinión sin miedo a la crítica?
-¿Puedes comer lo que quieras, cuando quieras?
-¿Puedes vestirte como quieras, cuando quieras?
-¿Alguna vez te has sentido mal por los comentarios desagradables de otra persona?
-Cuando eres feliz, ¿sientes que has de esconder tu felicidad, porque a alguien le molesta que rías y goces?
-¿Sientes miedo de hablar con tu pareja, tu jefe, con un familiar o con una amistad sobre algunas cuestiones? ¿Temes su enfado?
-¿Tienes amistades a las que contar tus sentimientos y con las que salir a dar una vuelta libremente?
-¿Tu familia es bien recibida en casa cuando quieras? ¿Puedes juntarte con ellos cuando quieras?
-¿Puedes usar tu dinero en lo que quieras, cuando quieras, sin pedir permiso a nadie? ¿Temes gastarlo por las represalias de alguien?
-¿Puedes llamar o recibir llamadas libremente?
-¿Te quieres? ¿Te tratas bien? ¿Te tienes en cuenta?
3-Anota qué emociones sientes ahora. ¿Sientes alegría, tristeza, sorpresa, miedo,…?
Acaricia suavemente tu cara. Posa con cariño tus manos en tu pecho, una encima de la otra, ¿qué sientes?
4-Apunta los pensamientos que lleguen a ti, ¿qué ronda por tu mente?
¿Piensas cosas negativas?, ¿vienen pensamientos positivos?, ¿crees que realizar esto no va a servir para nada?, ¿has descubierto algo a lo que antes no les prestabas atención?
5-Fíjate en tu cuerpo, haz un recorrido de pies a cabeza, prestando atención plena unos instantes.
¿Cómo está?, ¿anda tenso?, ¿está en calma?, ¿de pronto apareció un dolor o molestia?, ¿tu respiración es pausada o anda agitada?, ¿tienes hambre o sed?
6-¿Alguna vez te has maltratado, pensando cosas feas sobre ti, juzgando lo que haces, diciéndote que no lo vas a lograr o que no mereces lo bueno? Apunta en la libreta las veces en la que hayas sentido tu propio maltrato, la crítica hacia ti.
7-¿Alguna vez te han maltratado? Anota las ocasiones en las que otras personas hayan dañado tu cuerpo, mente o emociones. Escribe qué sentiste y si pudiste defenderte, si te alejaste de esa persona o sigue estando en tu vida.
El maltrato verbal o físico es muy dañino, es una losa que te aplasta, poco a poco, convirtiéndote en nada.
¡No permitas nunca que te griten!, ¡no permitas que te insulten!, ¡no permitas que te peguen!, ¡no permitas que te digan: ¡que no vales!, ¡que no sirves!, ¡que no eres!
Trátate bien, cuídate, habla con cariño a todas tus partes, mírate al espejo con amor, escucha tus miedos y dolores y evita juzgarte.
Eres un milagro, mereces lo mejor por el simple hecho de haber nacido.
Descubre qué es lo que te daña y duele con esta práctica:
1-Pide que no te molesten durante un buen rato y ten a mano tu libreta, vas a anotar lo que te duele (físicamente o en el alma).
2-Cierra los ojos, inspira profúndamente y quédate en silencio un instante, después lee las preguntas que vienen a continuación:
-¿Qué es lo que más te duele emocionalmente?
-¿Quién crees que provocó más dolor en ti?
-¿Alguna vez te han pegado? ¿Te maltratan ahora?
¿Alguna vez has sentido que no sirves para nada?
-¿Alguna vez has pegado a alguien?
-¿Qué es lo que te hace sentir más culpable?
-¿Cómo piensas sobre ti? ¿Bien? ¿Mal? ¿Regular?
-¿Crees que mereces lo mejor de la vida?
3-Contesta lo más detalladamente posible a las cuestiones anteriores. Hazlo en unas hojas de tu libreta que luego puedas quitar, cortar o arrancar.
Además de contestar las preguntas escribe lo que pase por tu mente en este momento de escucha activa.
Apunta cómo está tu cuerpo, si ha aparecido alguna molestia o dolor.
Fíjate qué sentimientos vinieron, si acudió la rabia, la ira, el dolor, la tristeza, etc.
Quizá vengan recuerdos de momentos dolorosos con familiares, amigos, vecinos, conocidos, anota eso también.
4-Date espacio para realizar este ejercicio durante un buen rato, escuchando, anotando, observando. Una vez finalizado, lee todo lo que has anotado.
5-Llega un momento diferente. Consigue una bolsa. Quita de la libreta todas las hojas donde has escrito tus malestares y dolores y rómpelas. Deja ir el sufrimiento y la pena. Deja que se marche la angustia, la rabia y la frustración de tanta carga.
Rompe con ganas, sin miedo, deja los papeles bien pequeños, muy chiquitos. Puedes imaginar que al romperlos se rompen cada una de esas penas o malestares.
Rompe, rompe y libera, mereces ser libre.
Al terminar, recoge los papeles, mételos en la bolsa, tíralos a la basura y da las gracias por este momento de libertad que has logrado.
6-Después de tirar todo, siéntate un segundo, inspira profundo, acaricia tu cara, abraza tu cuerpo. ¿Cómo estás? Has sido muy valiente escuchando tu dolor.
Ahora, observa si eres capaz de afrontar todo lo feo sucedido en tu vida, para seguir adelante, con menos carga, con más libertad.
Para concluir, volvamos a la pregunta de ¿te quieres?
«Lo que se encuentra detrás de nosotros y lo que se encuentra ante nosotros son asuntos pequeños en comparación con lo que se encuentra dentro de nosotros». Ralph Waldo Emerson
Comparto una meditación para que atraigas la buena suerte y digas «sí, quiero» a todo lo bueno.
Abrazos de corazón.
María José Malleiro Zorzano (Mirena)