“Y de pronto comprendes que es el momento de empezar algo nuevo, confiando en la magia de todo comienzo».
M. Eckhart
A la sociedad, como la conocemos ahora mismo, le va quedando menos, está cambiando, se está transformando.
Cada vez más personas hacen una revisión profunda de lo que hasta este momento han llamado “vida”, quedándose con lo que de veras les aporta valor: cuidan su alimentación y su entorno; son más delicados con el planeta; identifican cuál es la verdadera realidad y se despojan de lo obsoleto en sus mentes.
Son numerosos los padres interesados en que la educación de sus hijos cambie, que se inviertan más horas en enseñarles a sacar sus mejores potenciales, a gestionar sus emociones; a ser más creativos y resolutivos, más coherentes, mejores personas. Y mucho menos tiempo a memorizar datos innecesarios para la vida real; dejando atrás esa forma de enseñanza obsoleta y caduca, creada en la era industrial, en la cual me formé yo y nos preparaban para producir y competir.
Si sientes que ha llegado la hora de cambiar y quieres saber, haz la pregunta adecuada, aparecerá la respuesta. Es tu responsabilidad saber discernir y ahondar más allá del primer comentario y quedarte con lo que es importante en este momento.
La información circula por doquier, gracias a internet se produce la inmediatez, se abren mil ventanas para acceder a lo que necesites.
Ya lo decía Alvin Toffler: “El conocimiento es la fuente más democrática del poder”.
Día tras día más y más psicólogos, psiquiatras, médicos y enfermeras aprenden otras maneras de curar, rescatando sabidurías ancestrales de oriente, que llevan funcionando desde hace milenios, y quedaron solapadas porque a la industria farmacéutica o química no le interesaba. Cambian. Compaginando las distintas claves que se usan en una y otra medicina, la de oriente y la de occidente, integrando ambas en un mismo paquete.
Es necesario ahondar en uno mismo, hallar qué paso hemos de dar para adentrarnos en el cambio. Qué recursos disponemos a nuestro alrededor. Qué personas han logrado cambiar aquello a lo que aspiramos, y comenzar a salir de la “zona de confort” para mejorar.
A mi entender, se trata de un cambio global, la humanidad avanza a pasos agigantados, en una aceleración creciente, hacia el cambio de paradigma y mentalidad.
El cambio para bien viene del interior, si cada uno de nosotros hace pequeños cambios para mejor en su vida, en el círculo que nos rodea, con la suma de muchos cambios, se conseguirá generar un gran y profundo cambio de la sociedad.
A mí los cambios me dan miedo, no sé a vosotros, pero a mí, hasta cambiar las cortinas me ha dado miedo, por todo el lío que lleva, que una se acostumbra a lo viejo, aunque esté añejo.
Reconozco haber tenido muchos miedos en el pasdo. Eso no quiere decir que no haga las cosas. Nonooo. Las hago igualmente, me paro, me tomo un poco de tiempo, avanzo, paro, avanzo, a veces tomo carrerilla, y sigo el camino, para adelante todo el tiempo.
En algunas ocasiones no he recapacitado lo que hice, y me tiré a la piscina de golpe y porrazo, sacando una fuerza interior, que ni siquiera sabía que tenía dentro. Y esas son las veces en las que más he acertado. Cuando dejas que te guíe la intuición se alinean los sucesos, concatenados, en una hilera de casualidades (o causalidades que diría José Luis Parise), que te acercan al camino correcto.
Los cambios son a veces duros, por todo lo que conlleva un comienzo, pero siempre necesarios.
Revitalizan, fortalecen, te acercan nuevas personas, lugares, nuevos retos, nuevas sensaciones,…
Bienaventurados los que se atreven a cambiar, a pesar del miedo.
Y tú, ¿te atreves a cambiar?
¿Qué cambios has hecho en tu vida últimamente?
Libro recomendado:
“El monje que vendió su Ferrari” de Robin S. Sharma
Canción:
”Todo a Pulmón” (35° Aniversario) de Alejandro Lerner
